¿Quién no ha soñado con cambiar el mundo a los 20 años? Aquel que no lo haya deseado tal vez nunca fue joven. Pero del dicho al hecho hay un trecho, y finalmente nuestra fase revolucionaria suele quedar en agua de borrajas. Sin embargo, de tanto en tanto, un visionario de 20 años no se conforma con las palabras sino que propone y acomete hechos. Eso es lo que le pasa a Boyan Slat, un joven holandés concienciado con el grave poblema que suponen las ingentes cantidades de residuos plásticos que cada año los humanos hacemos llegar a los océanos.
En 2007 os hablaba en este mismo blog de la mancha gigante de basura que flota en el Pacífico Norte, bien, pues a pesar de nuestras buenas intenciones (empezar a cobrar las bolsas en los supermercados, por ejemplo), ocho años después los humanos seguimos arrojando cada año a los océanos 8 millones de toneladas de plásticos. ¿Cómo vamos a arreglar un desaguisado tan tremendo?
Boyan Slat propone una sencilla solución: dejemos que sean los propios océanos los que se limpien solos. Para ello, el joven piensa aprovechar el fenómeno de los Giros oceánicos, que son grandes corrientes circulares que se originan en las cuencas oceánicas por la acción de los vientos, la rotación de la Tierra y la fuerza de Coriolis. En el mundo existen 5 grandes giros situados en el Atlántico norte, Atlántico sur, Pacífico Norte, Pacífico Sur, y océano Índico. Boyan propone situar en cada uno de esos puntos estratégicos (que es donde se va acumulando toda la basura) gigantescas barreras flotantes en forma de «V»que vayan capturando en su centro todos los restos a la deriva que lleguen por la acción de los Giros (véase imagen inicial).
Me gusta el optimismo de Boyan Slat, en su más que recomendable web llamada TheOceanCleanUp.com el chico afirma:
«Siempre se ha asumido que limpiar los océanos era imposible debido a lo vasto de la áreas en las que se ha concentrado el plástico. Emplear buques con redes para recoger las manchas de basura podría llevar 79.000 años y decenas de miles de millones de dólares. Además, una operación de ese tamaño dañaría de forma significativa la vida marina y generaría enormes cantidades de CO2 y otras emisiones.»
La idea de Boyan de colocar esta especie de «coladores» flotantes evitaría los problemas anteriores. Al no tratarse de redes, las especies marinas podrían facilmente evitarlas, bien fuera saltando sobre ellas o sumergiéndose un poco y superándolas desde abajo. No obstante, una idea de semejante envergadura no puede llevarse a cabo sin pruebas previas, por eso el plan inicial consisten en crear primero una plataforma «atrapa-plástico» de pequeño tamaño – apenas 2 kilómetros – y ponerla a prueba en aguas costeras. Si todo sale según lo previsto, veremos en acción a este prototipo el año que viene en aguas japonesas (véase recreación en imagen superior), ya que el ayuntamiento de la isla de Tsushima ha accedido a ser la sede del experimento.
La idea me parece de una sencillez apabullante, así que tal vez funcione. De verdad que le deseo todo el éxito del mundo a este chaval, un chico de 20 años que no solo sueña con cambiar el mundo, sino que está en disposición de conseguirlo.
Me enteré leyendo Gizmodo.
¿Cobrar por las bolsas buena intención? Pero si lo hacen para ganar dinero con la excusas del medioambiente, y la gran mayoría de la gente las usaba para solo para tirar la basura. Ahora la diferencia es que las bolsas de basura hay que comprarlas (y son iguales que las de antes).