Así se consiguió la primera imagen de una electrocución

Por , el 13 abril, 2015. Categoría(s): Imágenes

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La imagen es realmente impactante y dramática pese a estar ligeramente movida, y al escaso detalle del blanco y negro de la década de los 20.

¿Quién es el personaje ajusticiado? Se trata de un ama de casa de Queens (Nueva York) llamada Ruth Snyder, quien había organizado en 1925 el asesinato de su marido con la colaboración de su amante Judd Gray. Ambos intentaron hacer pasar el crimen por un robo, pero a la policía no le costó demasiado atar cabos, especialmente una vez que se descubrió que el desdichado marido había firmado (poco antes del crimen) una jugosa poliza de seguro de vida. Se les acusó a ambos de asesinato en primer grado y tras ser juzgados se les condenó a muerte. Pasaron los últimos días de su vida en el correccional de Sing Sing, y es allí donde el 12 de enero de 1928, Ruth Snyder fue ejecutada en la silla eléctrica, momento que recoge la foto.

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La imagen que abre este post es doblemente histórica, ya que se trata tanto de la primera fotografía conocida de una ejecución en Sing Sing, como de la primera imagen obtenida jamás de una electrocución. Lo más curioso es el modo en que se consiguió, ya que entonces (como ahora) estaba completamente prohibido que los periodistas tomaran fotografías durante la aplicación de una condena a muerte. Uno de los prinicipales periódicos de la ciudad e aquella época, el New York Daily News, consiguió colar en el ajusticiamiento a un fotógrafo poco conocido llamado Tom Howard, quien se hizo pasar por escritor. Las autoridades de la prisión no sospecharon (ni cachearon) a aquel desconocido, que venía equipado con una cámara especial en miniatura sujeta a su tobillo derecho (véase foto superior). La cámara solo contenía una placa, por lo que solo podría realizar una exposición. Por debajo del traje corría un cable que llegaba hasta el bolsillo de la chaqueta, en el que se ubicaba el disparador.

Poco después de la publicación de la imagen en la portada del periódico, el diario explicó el truco empleado para conseguirla, y ahora la cámara puede verse en Museo Smithsonian Nacional de Historia Estadounidense. Según puedo leer, al autor de la foto, la imagen le reportó una paga extra de 100 dólares USA, lo que salvando la distancia temporal y recalculando las diferencias por inflación, equivaldría hoy en día a unos 1.372 dólares. Tras aquel incidente, durante décadas se cacheaba a todos los asistentes a una ejecución en busca de cámaras. Así mismo, se les obligaba a elevar los brazos y mostrar las palmas de las manos, para evitar que apretasen disparadores ocultos.

Me enteré leyendo Time.



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