¿Quién quiere ser millonario? Yo no.

Por , el 18 julio, 2007. Categoría(s): Educación/Opinión ✎ 6

JEFFREY Lee no está interesado en el alza en el precio del uranio, que podría hacerle uno de los hombres más ricos del mundo.

«Esta es mi tierra, mira, es preciosa y temo que alguien pueda molestarla», comenta, moviendo sus brazos a lo ancho de su terreno rocoso, que está rodeado por el Parque Nacional de Kakadu, donde el gigante francés de la minería Areva intenta extraer 14.000 toneladas de uranio valoradas en más de 5.000 millones de dólares.

El señor Lee, el tímido hombre de 36 años y único miembro del clan de los Djok, y veterano guardián del depósito de uranio de Koongarra, ha decidido no permitir jamás que su ecológicamente sensible tierra sea minada.

«Estos lugares son sagrados, son sitios de enterramiento y existen otros lugares especiales ahí fuera cuyo cuidado es mi responsabilidad», comentó el señor Lee.

«No estoy interesado en el dinero, tengo un trabajo, puedo comprar comida. Puedo ir de pesca y salir de caza. Eso es todo lo que me importa».

Lee comenta que durante mucho tiempo pensó en hablar públicamente sobre su deseo de ver incorporada su tierra al Kakadu, que figura en la lista de lugares habiltados como Herencia de la Humanidad, donde según Lee «se vería protegida y a salvo para siempre».

El depósito Koongarra está a solo tres kilómetros de Nourlangie Rock, una de las atracciones más visitadas en el Kakadu.

«Ahora quiero hablar de lo que he decidido hacer porque temo por mi tierra», añadió. «Cuando era niño, paseé por todo este lugar en el cuello de mi abuela… escuché todas las historias y aprendí todo sobre ella, ahora quiero que todo ese conocimiento pase a mis hijos».

Lee nos ha llevado esta semana hasta un saliente rocoso que mira hacia el depósito Koongarra, un lugar sagrado donde, según las creencias de su clan, aún yace una lengua gigante de lagarto que no debe ser molestada (véase foto superior).

Aquí están, pintadas sobre las rocas hace cientos o incluso miles de años, las quijadas del lagarto, mordiendo en una especie de lucha mística.

Esto es lo que Lee llama un «djang», o lugar de esencia espiritual, que ha cerrado a los más de 230.000 turistas que visitan el Kakadu cada año.

«Mi padre y mi abuelo dijeron en su día que estaban de acuerdo con permitir la minería en su tierra, pero a medida que fui creciendo aprendí que existe un veneno en el suelo», añade.

«Ofrecieron coches y casas a mi padre y a mi abuelo… pero nadie les explicó qué era o para qué servía el uranio».

«Si molestas a la tierra, suceden cosas malas… habrá una gran inundación, o habrá un terremoto, y la gente sufirá un gran accidente».

Lee comentó que existen lugares en su tierra donde la Serpiente Arcoiris – una criatura mitológica que según creen controla el agua – ha entrado allí donde el suelo es tan sagrado «que ni siquiera puedo ir o hablar de ello».

Areva, la compañía del sector de la energía nuclear más grande del mundo, quiere alquilarle el terreno de unos 12,5 km2 y extraer el uranio de Koongarra, debido al auge en el precio de este mineral.

Pero la declaración de Lee presionará al Gobierno de Howard para incoporar sus tierras al parque de Kakadu.

Bajo el Acta de los Derechos de los Aborígenes (Territorio Norte) Areva debe conseguir la aprobación del señor Lee en una reunión propuesta por el Consejo de las Tierras del Norte, antes de comenzar la explotación del uranio.

En agosto del año 2005, el Gobierno tomó el control de las minería de uranio en el Territorio Norte, declarándolo preparado para la apertura de nuevas minas.

Ranger, una mina con todo un historial de fugas propiedad de la empresa Energy Resources of Australia Limited, ha venido extrayendo uranio del Kakadu desde 1981.

Pero el Gobierno de Howard siempre ha mantenido que no se aprobará la apertura de ninguna mina nueva en el territorio a no ser que se obtenga la aprobación de sus propietarios tradicionales.

El Gobierno ha declarado que la UNESCO, el órgano mundial encargado del cuidado de los lugares que como Kakadu, han sido declarados Herencia de la Humanidad, ha comunicado que en principio está de acuerdo en que el Koongarra sea incorporado al Parque Nacional si sus propietarios así lo solicitan.

Lee, que trabaja como guardia en el Kakadu, cree que incorporar el Koongarra al parque le permitiría asegurarse que la tierra permanece protegida.

«Siendo parte del parque se asegura que las leyes y costumbres tradicionales, los lugares, las matas de arbusto, las plantas y el agua permanezcan igual que cuando me fueron dadas por mi padre y mi abuelo», comentó.

El señor Lee, al que han llegado a apodar el misterioso hombre de Kakadu a causa de su negativa a la publicidad, posee otra preocupación. Cómo único miembro del clan de los Djok no tiene hijos a los que traspasar su tierra. «Tengo que ver como puedo arreglar esto», concluyó.

Traducido de Who wants to be a billionaire? I don’t



6 Comentarios

  1. yo si quiero ser! En nuestro sitio, que recién comienza, estamos proponiendo una forma de convertirse en millonario, nada nuevo, sólo rescatamos conocimientos milenarios, queremos invitarte a visitarnos y dar tu opinión.

    el sitio es Ser Millonario

    Saludos,

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Por maikelnai, publicado el 18 julio, 2007
Categoría(s): Educación/Opinión