Y mira que lo pone bien claro en el cartelito (aunque esté en noruego) pegado en el pedestal. Dice: «no mires a la estatua a los ojos«. Y claro ¿para qué queremos más? Tó cristo a pegar el careto al cristal y a ver qué pasa. Eso de que nos digan lo que no debemos de hacer es claramente una invitación a hacerlo, faltaría más.
Y luego pues nada, pues pasa lo que pasa, susto morrocotudo, cara de gilipollas posterior cuando ves que todo el mundo se parte el pecho de ti, y a confundirse entre el público esperando a que pase otro pardillo y en esta ocasión seas tu quien te rías de él.
En cuanto a la obra, a la que llaman «escultura interactiva», corrió a cargo del artista noruego Erik Pirolt. En realidad es simplemente una cabeza de cerámica dentro de una urna de cristal. Las cuencas de los ojos están unidas a dos tuberías por las que brotan chorros de agua a toda potencia en cuanto alguien pone la cara demasiado cerca. Arte no se si será, pero toda una lección sobre la ilimitada estupidez humana sin duda.
Me enteré en My Modern Met.
Genial la obra.
La gente lo va a hacer si le dices que no se acerque.
Saludos