Charles William Eliot (1834-1926) fue un conocido educador estadounidense que presidió durante 40 años la prestigiosa Universidad de Harvard. Uno de sus mayores logros allí fue elevar el nivel académico de admisión, incluir cursos de ciencia en el curriculum y abolir los trabajos obligatorios de fin de curso. Pero no todo son allabanzas para Eliot (en la foto), de él también sabemos que – al menos una vez en su vida – careció del don de la perspicacia.
En 1884 un chico de 16 años llamado Leland murió de fiebre tifoidea. Tras su funeral, la familia desconsolada decidió hacer algo en su memoria. Con esa idea en mente fueron a visitar a Charles Eliot, por entonces presidente de la Universidad de Harvard.
Eliot recibió a aquella pareja, ciertamente nada pretenciosa, en su oficina y les preguntó en qué podía servirles. Una vez ambos le expresaron su deseo de financiar algún proyecto en memoria de su hijo, Eliot les respondió impaciente: «Tal vez tengan ustedes en mente financiar una beca».
«Bueno, nosotros pensábamos en algo más sustancial que eso… tal vez un edificio», respondió la mujer.
En tono condescendiente, Eliot hizo caso omiso de la idea por tratarse de algo demasiado caro, y la pareja terminó por marcharse.
Al año siguiente, Eliot se enteró de que aquella ‘sencilla’ pareja se había marchado a otra parte, gastándose 26 millones de dólares en un memorial llamado Universidad Leland Stanford Junior, más conocida hoy en día simplemente por Stanford.
Las apariencias engañan. Conozco algún caso de un joven con aspecto zarrapastroso que entra en una tienda de categoría, tipo Cartier y no le dejan pasar. Pero el joven les enseña su tarjeta VISA platino y les dice que se marcha a otro sitio donde no tienen tanto en cuenta las apariencias.
Pffff, pues el tal Eliot se tuvo que quedar de piedra, ¡menudo patinazo! 😀
Bueno, al menos ese error lo deben celebrar en Satnford
Stanford, Stanford… Si es que escribir en inglés por las mañanas no es lo mío 🙂
Al final acabaremos todos con un chip de identificacion interno, para y se acabaran los prejucios de al imagen y seremos como queramos ser no como nos digan que debemos ser. La falta de criterio de los humanos es algo que jamas cambiara
La humildad de Eliot no le permitió ver la enorme inversión que traían entre manos.
En la página de la Stanford University hacen referencia a esta anécdota pero dicen que no es cierta, una leyenda urbana.
http://www.stanford.edu/about/history/
En la década de 1910 llegó a Alicante un señor con aspecto un tanto desaliñado. Quiso alojarse en el hotel Palace (rebautizado en la época del tío Paco como hotel «Palas» y actualmente sede de la Cámara de Comercio). El flamante portero del hotel no le permitió la entrada alegando que seguramente quedaba fuera de sus posibilidades económicas.
El señor desaliñado acabó comprando el solar de al lado del hotel y construyó un edificio que existe en la actualidad conocido como Casa Carbonell y que es de los más representativos de Alicante..
Googleando un poco (poco) he encontrado esto:
http://www.alicantevivo.org/2007/02/alicante-en-el-recuerdo-41-la-casa.html
Saludos
Esta es una leyenda urbana nomas… «bonita» pero falsa…
https://www.stanford.edu/about/history/
Es un hoax (son macanas, o sea: es una historia inventada).
No deberían dejar esta información incorrecta en internet, se debería borrar este artículo.
Más info (en inglés):
https://www.snopes.com/fact-check/wont-stanford-it/
https://www.hoax-slayer.net/the-faded-gingham-dress-stanford-university-origin-legend/