Hace ya un par de añitos, publiqué en Astroseti una traducción sobre las preocupaciones ecológicas de los fabricantes de munición que causó gran controversia, se titulaba Tranquilo, son balas respetuosas con el medio ambiente. Hoy me he acordado de aquella desfachatez, tras leer – más asombrado aún si cabe – la última idea de las brillantes mentes de la industria armamentística, la pistola para ancianitos debiluchos y minusválidos. La verdad es que no se de qué me asombro; en la tierra de la libertad, donde la Constitución (gracias a la segunda enmienda de 1791) asiste a todo aquel que quiera tener una 9 milímetros debajo de la almohada, es lógico que los tetrapléjicos y los octogenarios artríticos (en fin, todos aquellos que no son capaces de apretar un gatillo estándar) quieran tener también la posibilidad de descerrejarle un tiro en la cocorota a todo aquel que invada su propiedad o quiera aprovecharse de su condición.
Pero eso no es lo que más me ha molestado de la idea (al fin y al cabo las leyes – aunque sean estúpidas – son iguales para todos), lo que me ha dejado perplejo del todo es que el espabilado fabricante de turno haya solicitado a la FDA (el órgano que regula los controles sanitarios de fármacos y alimentos en EE.UU.) que lo considere un medicamento. ¿Pretenderán que la munición se venda en las farmacias como supositorios por aquello de la forma?
En algunos medios los caraduras han llegado a asegurar que la FDA ya ha aprobado la viabilidad del producto, por lo que los futuros compradores tendrán derecho a que se le devuelva el importe íntegro del “medicamento” (unos 300 dólares). Afortunadamente, el portavoz de la FDA Siobhan DeLancey ha dicho que de eso nada, y que los señores esos que quieren vender pistolas con receta médica tienen más peligro que un gremlin de vacaciones en La Toja. ¡No todo está perdido en USA!
Como podéis ver en la foto, el juguetito, que se llama Palm Pistol, se parece mucho al joystick que usan los tetrapléjicos para guiar la silla de ruedas motorizadas, aunque a mi a lo que me recuerda sospechosamente es a un inhalador, por lo que supongo que no sería buena cosa regalárselo al abuelito asmático, sobre todo si sufre depresión o tiene tendencias suicidas. ¿Os imaginais el trauma del nieto?: «Chechu cariño, traele el inhalador a este pobre viejo. Hoy tengo la cabeza embotada… voy a darme un chute a ver si se me despejan las ideas».
En fin, porque lo he visto en New Scientist que si no, simplemente no me lo hubiera creído.
¡Están locos estos yanquis!, como diría Obélix. 😛
Glups… que impresión. Imagínate que por ayudar al pobre asmático le vuelas la cabeza…
Pues vaya con el medicamento, esto si que «ayuda a tus defensas» y no el actimel
Hablando más en serio, un problema grave a añadir es que no es fácil de detectar si no se conoce, precisamente porque parece cualquier cosa menos un arma.
Palm pistols de ese tipo ya existían hace muuuchos años (recuerdo un post sobre pistolas espia o miniatura en dark rosted blend). La novedad es intentar colarla como medicamento… bueno, se puede decir que es un suplemento de plomo…
Oye, que los asmáticos no somos necesariamente abuelos ni pistoleros.
Parece que estos días las bromas van con alérgicos y asmáticos. Ayer en microsiervos se reían porque las gomas de borrar anunciaban que no tenían alérgenos.
Bueno, que con la que está cayendo, mejor que nos riamos todos, aunque sea a nuestra costa. Aunque lo de intentar legalizar armas pasándolas como medicinas sólo a los estadounidenses se les ocurre y lo peor es que no es broma.
Saludos,
Hagamos una lista de políticos con asma…
Jorge, en el fondo lo hago para reirme de mi mismo, soy asmático desde los 14 años, primero enganchado al ventolín y cuando dejó de hacerme efecto, del rilast. 😉
Cuantos abuelos se volarían la cabeza al confundir la pistola con el inhalador de verdad?
Otra locura de la tierra del tio Sam…