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Cuando Bear Grylls sale escopetado hacia la naturaleza salvaje para grabar su programa de supervivencia “a prueba de todo”, suele ir preparado con una aleación metálica fascinante que usa para encender fuego.

Al comienzo de casi cada nuevo episodio, el famoso aventurero explica que va equipado “solo con un cuchillo, una piedra y una botella de agua”. Sin embargo, su práctico “enciendefuegos” no es un trozo de roca. Es una barra compuesta de una mezcla de elementos del grupo de las tierras raras llamado metal mixto (o mischmetal) – que en su mayor parte se compone de cerio.

Cuando la rasca con un cuchillo, pequeñas partículas brotan de la barra metal. En cuanto la superficie de estas recién arrancadas partículas entra en contacto con el aire, los pequeños pedazos de metal se oxidan – convirtiéndose en chispas súper calientes.

Las seguras e “inócuas” granadas lumínicas de aturdimiento desarrolladas por los Laboratorios Nacionales de Sandía operan con el mismo principio general. Lanzan una nube de partículas diminutas de metal no oxidado al aire y ¡bang! Reaccionan violentamente con el oxígeno.

Por otro lado, el método “a la vieja usanza” para encender un fuego es más exigente, pero opera con el mismo principio. El afilado reborde de una piedra puede arañar motas diminutas de una barra de acero rica en carbono. En cuanto entran en contacto con el oxígeno, estos pedacitos de metal entran en ignición.

Traducido de Survival Science: Making Sparks and Fire with a Cerium Rod (autor: Aaron Rowe).