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La historia de Reveriano Soutullo (compositor gallego nacido en 1880) y de Juan Vert (compositor valenciano nacido en 1890) tiene algo de peculiar. Se conocieron en Madrid en el año 1919, y comenzaron una colaboración que habría de durar hasta 1931, fecha en la que fallece el valenciano. Se dice de ellos que nunca alzanzaron el éxito por separado, sin embargo ya como binomio «Soutullo y Vert» conocieron las mieles del triunfo en el mundo de la zarzuela.
Curiosamente, cada cual componía sus números y luego se encargaban de darle unicidad a la obra, lo cual conseguían gracias a su gran compenetración. Existe una conocida anécdota que se refiere a esta estrecha colaboración, y al renombre que la unión de sus apellidos llegó a alcanzar. Se dice que una ocasión, alguien avisó de su llegada con un: “Señor director, pregunta por usted el maestro Soutullo y Vert.
De entre sus éxitos destacan especialmente tres zarzuelas, a saber: «La leyenda del beso», «El último romántico» y «La del soto del Parral».
Hoy quiero hablaros de la primera, y de su célebre intermezzo, con mucho la pieza más popular de este dúo de maestros.
La zarzuela se estrenó en 1924 en el Teatro Apolo de Madrid, con música de nuestros protagonistas y libreto de Antonio Paso Cano, Enrique Reoyo Herrera y José Silva Aramburu. Su breve poema sinfónico, en el que destaca el uso del pizzicato, se hizo pronto tremendamente popular. Podéis escucharlo en el vídeo que os adjunto, interpretado por la orquesta de Radio Televisión Española. ¿Os suena verdad?
La vida y sus vueltas… probablemente el gallego y el valenciano no llegaron jamás a imaginar que en 1982 (casi 6 décadas después del estreno de “La leyenda del beso”) un grupo de cantantes melódicos vascos le añadirían una letra a su célebre intermedio, rebautizando a la adaptación como “Amor de hombre”, y conseguiendo así un enorme éxito popular que aún resuena en nuestra memoria.
Eran por supuesto, Mocedades, y en apenas unos meses, el disco (de idéntico título) vendió 500.000 copias solo en España. El éxito del tema cruzó además el charco y también se hizo superventas en América Latina, llevando de gira a los de Bilbao por medio planeta gracias a su afortunada adaptación. (Supongo que para alegría de los herederos de Soutullo y Vert).
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Otro ejemplo claro de cómo triunfar revisitando a los clásicos. Que se lo digan a Miguel Ríos, aún en deuda con Beethoven desde los 70. 😉
Sin ser mi intención ser tocapelotas (pero siéndolo), diré que no es la orquesta de RTVE, sino una mezcla de varias orquestas, principalmente la Orquesta Nacional, la Sinfónica de Madrid y la de RTVE.
Aparte de esto, interesantísimo artículo, eres zarzuelero?
¡Oído cocina! 😉
Más que zarzuelero soy «operario» jejeje. Pero las zarzuelas cuando son buenas, tipo «la Tabernera del Puerto» de Sorozabal, o este intermezzo, me van como el que más.
Y a la opereta tampoco le hago ascos, el Murciélago de Johann Strauss sin ir más lejos «mi guta musho». XD
Te equivocas, han pasado a la historia cuando le puso letra «Los Gandules» con su «Ladrón de Cobre».
http://www.youtube.com/watch?v=pqfWkV_K5Us
😉
Mocedades también hizo una canción basada en la Séptima de Beethoven, bastante pegadiza además.
La canción es «dieron las doce», os dejo el link de Spotify.
(torpe)
http://open.spotify.com/track/4tIjreUmmqc1ZuYt1jlQ6k
Pues en mi juventud (por los años 50) fue muy popular en Chile «La leyenda del beso», que me hizo reclamar a mis hijos cuando hablan de Mocedades y su «Amor de hombre». que no es una cosa original. (Ignoraba tambien que «Los churumbeles de España» tambien copiaron… no sabía que era una zarzuela).
Y curioseando, en You Tube está la versión tal como la conocí:
http://www.youtube.com/watch?v=ZvDHqYtohm0&feature=related
Me ha encantado esta entrada porque esta obra la conocía de haberla tocado con la banda, pero aparte de eso, poco más sabía. Y ahora ya tengo una anécdota más 😛
De hecho, ni sabía que había un grupo que le había puesto letra. Y ahora que lo escucho… no me termina de gustar con letra. Prefiero mil veces la versión original, la verdad.
Aunque eso no quita que me guste lo que hicieron, ya que gracias a ellos más gente escuchó zarzuela, aunque fuese «disfraza».