Hasta pronto Nigel, gracias por el pescado

Por , el 4 julio, 2016. Categoría(s): Educación/Opinión ✎ 1

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Reconozco seguir día a día la situación en el Reino Unido con una mezcla de incredulidad y angustia. Siempre he considerado al Reino Unido como al modelo a seguir en cuestiones como el modelo de televisión pública, la enseñanza y amor por la ciencia, la apertura al extranjero que quiere aportar su trabajo, y en general (al menos hasta hace unos días) por el nivel cualitativo de su democracia.

El hecho de que mi hermana y cuñado residan allí desde hace 9 años, y que mi sobrina sea más londinense que una ración de fish and chips en Camden Town, supongo que me ayuda a seguir el tema con pasión y a que mi cabeza funcione aceleradamente imaginando las consecuencias que el Brexit va a tener en sus (nuestras) vidas.

En fin, que leo prensa británica a diario. Como la versión digital del Times es de pago y soy alérgico a los tabloides, mis periódicos de referencia allí son The Guardian y el Independent. En este último acabo de leer una columna de opinión a cargo de Holly Baxter, una periodista freelance de mi generación que ha trabajado para ambos medios, y que ha destacado entre otros aspectos por su militancia feminista y su flemático e irónico sentido del humor. Su columna hoy sobre la dimisión de Nigel Farage, ya ex líder del UKIP y última rata política en abandonar el barco, no tiene desperdicio, así que si me lo permitís voy a traduciros algunos párrafos que me han parecido especialmente brillantes.

Hablando sobre Farage, quien ha preferido echarse a un lado ahora que su trabajo está hecho, Baxter afirma:

¡Qué político verdaderamente noble ha resultado ser! Feliz de hacer el trabajo duro cuando el país lo necesita (pasearse por el Thamesis en un bote cubierto de baderas coloridas, peleándose náuticamente de forma alegre con Bob Geldof) pero preparado para prestar su apoyo al (aún sin nombre) Primer Ministro que ejecute el mandato del Brexit, cuando el país ya ha cosechado los beneficios de sus honorables objetivos: (una moneda dañada, congelación de las contrataciones, rumores de bancos que se trasladan a París, un futuro incierto para nuestros miles de trabajadores inmigrantes de origen comunitario, así como para los expatriados británicos que viven en otras partes de Europa, la posibilidad de que se avecine una «burbuja Brexit » en el mercado de la vivienda y la guerra intergeneracional).

Y más adelante continua atizándole:

Ahora Nigel Farage, un hombre cuya carrera política entera giraba en torno a la presión a favor de la independencia del Reino Unido, preferiría no hacer ningún pronunciamiento público más sobre Brexit, muchas gracias hombre.

Después de todo, él sólo apoyó la idea de la independencia. ¿Por qué debería quedarse y ensuciarse las manos con los aspectos prácticos? Hay que recordar que UKIP significa “Partido por la Independencia del Reino Unido”, y no “Partido por el qué debe hacer el Reino Unido después de la Independencia”.

Claro que también hay leña para otros políticos a quien el Brexit se ha llevado por delante, como el primer ministro David Cameron, y quien parecía ser su sucesor natural en el lado Tory, Boris Johnson.

En este panorama político posterior a la sátira, nuestro propio Primer Ministro renunció porque no quería el Brexit, las dos voces Brexiteers más fuertes (Farage y Johnson) han decidido no continuar, y en el lado laborista todo el mundo se ha alzado en armas preguntándose por qué el líder de la oposición no dimite también. ¿Recordáis los tiempos en que asumir la responsabilidad de las acciones tomadas por uno, formaba parte de la descripción del trabajo de un político, y en particular de un Primer Ministro? Yo tampoco, pero sueño con que un día esto pueda llegar a ser parte de nuestra realidad cultural.

Y la columna acaba de forma apoteósica:

Cameron, Farage y Johnson forjaron colectivamente una de las semanas más tumultuosas en la historia de la política británica moderna. Cada uno de ellos es responsable del futuro incierto al que nos enfrentamos, y uno por uno les observamos apartarse de los puestos de responsabilidad. Financieramente maltratados, racialmente divididos, políticamente dañados y desmoralizados de forma crónica, hemos quedado abandonados en una pequeña isla por un grupo de colegiales pendencieros, mientras saludamos a Farage observando como se aleja navegando hacia la puesta del sol.

Hasta pronto Nigel, gracias por el pescado.

En fin, no se como va a acabar todo este asunto ni las implicaciones que tendrá en nuestras vidas, pero queda claro que el país en el que hasta hace poco las élites se divertían practicando el «fox hunting», ha quedado efectivamente «hecho unos zorros».

Podéis leer la columna entera (obviamente en inglés) en Independent.



1 Comentario

  1. Nigel Farage criticaba la falta de democracia del funcionamiento de la Unión Europea. En su país pueden elegir a cada diputado y hay una relación estrecha con con el electorado. En la UE sabemos que son unas listas cerradas por país, muy alejado de su sistema. Suiza no ha entrado en la UE porque le pedían renunciar a sus sistema de democracia directa. En definitiva, que la UE es un cachondeo en donde se han repartido el continente entre cuatro jetas, por lo que era lógico que este señor pidiera la independencia. Lo que pasa es que los Alemanes y Franceses de la UE con sus banqueros que manejaban el cotarro, se lo han montado para que haya una dependencia económica, cosa que han logrado casi por completo con los países del mediterráneo. Me sabe realmente mal, pero así están las cosas. Seguramente esto tendrá consecuencias complicadas, pero es como todo, cuanto antes pase mejor.

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Por maikelnai, publicado el 4 julio, 2016
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