Detienen al HIV con una proteína artificial

Por , el 18 febrero, 2015. Categoría(s): Ciencia ✎ 1

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En un alarde de creatividad, un equipo de investigadores acaba de mostrarle al mundo que la mejor forma para prevenir el contagio del SIDA podría venir de una molécula creada en un laboratorio, capaz de imitar a un anticuerpo de nuestro sistema inmune. La molécula «artificial» está demostrando ser capaz de proteger al sistema inmune mejor de lo que ningún anticuerpo «natural» es capaz de hacer. Las pruebas con monos así parecen indicarlo, ya que ninguno de los cuatro ejemplares a los que se les facilitó esta defensa se contagió con el virus HIV, a pesar de habérseles inyectado en grandes dosis.

Para entender como está molécula ha sido capaz de frenar la temible acción del HIV, antes hay que entender el modo en que este virus ataca e infecta a nuestras células. El virus causante del SIDA, infecta a nuestros glóbulos blancos (los ejecutores de nuestra respuesta inmunitaria) en una maniobra que consta de dos pasos secuenciales. Primero, una proteína del virus llamada gp120 se acopla a un receptor del glóbulo blanco llamado CD4. Esta unión, permite que gp120 se retuerza de un modo tal, que termina por dejar expuesta una región del virus capaz de unirse a un segundo receptor celular, el así llamado CCR5.

Bien, pues la molécula artificial creada por el equipo que dirige el inmunólogo Michael Farzan, del Instituto de Investigación Scripps (con sede en Júpiter, Florida, EE.UU.) combina una copia del receptor CD4 con un pequeño trozo del segundo receptor CCR5, y une ambos receptores a un trozo de anticuerpo. A esta especie de pseudo-leucocito «Frankenstein», el equipo de Farzan lo ha bautizado como eCD4-Ig.

¿Cómo funciona el engaño? Bien, por lo que puedo leer, lo que sucede básicamente es que el virus HIV se enlaza a eCD4-Ig completamente «convencido» (pido perdón por asignar rasgos humanos a un virus) de que en realidad se ha unido a un glóbulo blanco. Esto obviamente conduce a la neutralización del HIV, ya que la molécula artificial no se infecta (y por tanto no permite que el virus se replique) sino que simplemente le saca de circulación conduciéndole a una vía muerta.

Las pruebas en tubos de ensayo con el eCD4-Ig mostraron que su rendimiento era avallasadoramente superior al de cualquier anticuerpo natural generado por nuestro sistema inmune a la hora de evitar que las células se infectaran con el virus. Y dado lo esperanzador del resultado, se realizaron trabajos con monos. En los ensayos, se colonizó el organismo de cuatro monos con un virus inocuo que portaba el gen de la molécula artificial. Esto hizo que los organismos de los monos fabricaran en masa al caballo de Trolla eCD4-Ig que les había sido introducido.

Tras esto, sometieron a los cuatro monos (y a otros que no habían sido tratados) a dosis repetidas y siempre crecientes del virus causante del SIDA durante 34 semanas. ¿El resultado? Ninguno de los monos «infectados» benignamente con la molécula eCD4-Ig sufrió mal alguno por su exposición al HIV, mientras que todos los monos que no fueron tratados se contagiaron del SIDA.

El prometedor trabajo del equipo dirigido por Farzan acaba de publicarse en Nature.

Me enteré leyendo Science.



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