¿Qué es la homeopatía?

Por , el 2 noviembre, 2010. Categoría(s): Clásicos Astroseti ✎ 21

nada
Hace unos cuantos años, traduje para Astroseti (con la autorización del autor) un artículo sobre la homeopatía obra del conocido escéptico estadounidense Steven Novella. Se titulaba: «Una idea cuyo tiempo pasó» y me apetecía recuperarlo como apoyo a la magnífica iniciativa de Rinze y Ferfrías en la que han colaborado muchos de los mejores bloggers científicos del país. Podéis visitar el fruto de su esfuerzo en la web ¿Qué es la homeopatía?

Homeopatía, una idea cuyo tiempo pasó

Por Steven Novella.

Pearl Street acoge a uno de las instituciones académicas menos conocidas, la Escuela de Homeopatía. Allí podrás aprender un sistema de «medicina» con más de 200 años de antigüedad, inventado por el médico alemán Samuel Hahnemann, el cual creía que las sustancias tóxicas, suministradas en cantidades extremadamente diluidas, podrían curar los síntomas que causan las dosis más grandes – es decir, que dosis diminutas de cafeína podrían curar el insomnio.

Millones de personas – a menudo gente desesperada – han apostado su salud creyendo que Hahnemann tenía razón; han buscado «doctores homeopáticos» e ingerido sustancias «dudosas» en el mejor de los casos y «peligrosas» en el peor de ellos. Los remedios homeopáticos son un timo aún mayor que el agua embotellada; ambos son indistinguibles del agua del grifo, pero éstos cuestan más dinero, y lo que es peor, dan falsas esperanzas.

Algunos argumentan que la homeopatía es una forma real y efectiva de medicina, pero la comunidad científica sabe que es inaceptable; en un mundo perfecto se habría desvanecido hace más de un siglo, siguiendo los pasos de la frenología (adivinar la personalidad a partir de los relieves del cráneo) y de las sangrías. Sin embargo, la homeopatía, encontró su camino bordeando los márgenes de la atención médica, y ha logrado sobrevivir.

¿Cómo lo consiguió?

Existen varias razones para la frustrante persistencia de la homeopatía. Primero, se le ha permitido cubrirse con las ropas de la ciencia real y del profesionalismo respetable. La Escuela de Homeopatía de New Haven sigue promocionando titulados. Cuando se fundó la FDA (Administración de los Estados Unidos para el control de Fármacos y Alimentos), los defensores de la homeopatía consiguieron que sus remedios de la abuela fueran considerados «medicina» sin necesidad de acogerse a ningún estándar o evidencia.

Otra razón por la que la homeopatía ha sobrevivido, a pesar de posteriores fracasos científicos, es porque sus proponentes mienten. La percepción común es que los remedios homeopáticos contienen pequeñas cantidades de un principio activo. El Centro Nacional para la Homeopatía define al remedio homeopático como poseedor de una «dosis diminuta». En realidad, la mayoría de las disoluciones homeopáticas no incluyen ningún principio activo – ni siquiera una molécula. Puede parecer perspicaz, pero existe una gran diferencia entre un poquito y nada. Nada es… pues eso, nada.

¿Cómo puede ser esto? Cuando Hahnemann concibió la homeopatía, hace dos siglos, los químicos aún no sabían que las sustancias se componían de moléculas, y que esas moléculas no podían diluirse o dividirse. Una sola molécula es la cantidad más pequeña de algo que se puede tener. Hahnemann creía que las sustancias podían diluirse infinitamente. Los avances científicos posteriores deberían haber relegado a las ideas de Hahnemann al museo de antiguas y pintorescas nociones científicas. Tal vez podría colocarse en las estanterías entre el éter (la misteriosa sustancia que un día se creyó permeabilizaba el universo) y la teoría del miasma de las enfermedades infecciosas.

Recientemente, los homeópatas han intentado vestirse aún más con las modernas togas de la ciencia. Cuando se les presionó, reconocieron (¿cómo no iban a hacerlo?) que no quedaba rastro del principio activo en sus preparaciones – pero, argumentaron, que el agua retiene la «memoria» de la sustancia que fue diluida en ella.

Esto es, por supuesto, una estupidez. El agua es una simple molécula, y no existen mecanismos conocidos o plausibles mediante los cuales pueda «recordar» cualquier información acerca de sustancias que hubieran sido previamente diluidas en ella. Los homeópatas podrían decir igualmente que funciona por arte de magia.

Otro aspecto curioso de la homeopatía es la así llamada «ley de similares», la idea de que las sustancias que causan un síntoma curarán ese mismo síntoma si se ingieren dosis extremadamente diluidas (es decir inexistentes). Los homeópatas pretenden que ésta es una ley científica, pero nada de eso. No existe ninguna razón biológica que induzca a sospechar que la cafeína en cantidades lo suficientemente pequeñas sea un sedante, o que, ya que picar cebollas estimula el lacrimal, una pequeña cantidad de extracto de cebolla cure los ojos llorosos. Esto es pensamiento mágico.

Algunos homeópatas afirman que sus remedios funcionan igual que las inyecciones alérgicas, las cuales incluyen pinchazos de pequeñas cantidades de la sustancia que causa la reacción alérgica. Pero los tratamientos alérgicos conllevan la administración real y creciente de dosis de la sustancia que provoca el mal. Estimulando al sistema inmunológico a formar anticuerpos de bloqueo que confinen a la sustancia que causa la alergia y eviten la reacción fabricando un tipo diferente de anticuerpos. Las inyecciones alérgicas, como las vacunas, implican dosis reales – no agua de duendes.

Entonces ¿por qué tanta gente cree en ella? ¿Por qué sigue ahí el edificio de Pearl Street? La respuesta es, en parte, que la homeopatía – al contrario que, digamos, el éter – tiene que ver con el reino de la salud y la enfermedad. Cuando finalmente se probó y se descartó la existencia del éter, nadie protestó argumentando que el éter había curado sus migrañas. Pero la gente que cree que una sustancia ha curado su enfermedad quiere seguir creyendo en ello. No les gusta pensar que su «cura» fue solo a causa del efecto placebo, o que no existió ninguna cura. El cuidado de la salud es emocional; nuestros síntomas están sujetos a un montón de variables. Pero algunos encuentran reconfortante creer que la homeopatía les ha sanado. Varios factores conspiran para hacer que parezca que casi cualquier tratamiento extraño y poco razonable puede funcionar para cualquier síntoma o enfermedad.

Ésa es la razón por la cual, a lo largo del siglo pasado, los buenos científicos han llegado a confiar en la observación cuidadosa, donde se controlan las variables y se minimiza la parcialidad. Basándose en la mayoría de estudios cuidadosos, la comunidad científica está generalmente de acuerdo en que la homeopatía no funciona. Incluso el Centro Nacional para la Medicina Complementaria y Alternativa, que está favorablemente dispuesto a los métodos alternativos del tipo de la homeopatía, la define de esta insípida manera:

«Algunos análisis concluyen que no existen fuertes evidencias que sostengan la homeopatía … [mientras que] otros encuentran efectos positivos en ella. Los efectos positivos no son fácilmente explicables en términos científicos».

Existen varios estudios desesperadamente imperfectos que arrojan resultados «contradictorios»; sin embargo, los estudios sobre homeopatía que más cuidan su diseño y ejecución arrojan resultados negativos. Este patrón – algunos estudios parecen positivos pero los mejores son negativos – es bien conocido por los científicos, y normalmente significa una cosa: no existen efectos reales de funcionalidad.

De modo que, solo por un momento, dejen de lado los testimonios enternecedores que han escuchado por ahí. Tómense un segundo y miren al edificio de Pearl Street. Allí no hay nada.

Traducido por Miguel Artime.



21 Comentarios

  1. ¡Hola!

    Para empezar, ¡enhorabuena por tu pedazo de blog!
    Me gustaría hacer una pequeña reflexión a partir de este artículo sobre el efecto placebo:
    http://www.wired.com/medtech/drugs/magazine/17-09/ff_placebo_effect

    Si nos creemos lo que en él se dice, sería estúpido desaprovechar semejante maravilla de la autosugestión (en el artículo se asegura que en experimentos recientes apenas se encontraron diferencias entre el poder de curación del Prozac y el de un placebo, por poner un ejemplo), sin efectos secundarios, menos coste, y sin una mala malísima megaindustria detrás. Pero claro, no creo que el efecto funcione igual si se vende en botes con una etiqueta grande: «PALCEBO». ¿Cuál sería la forma de hacerlo llegar a los pacientes?

    Recordemos que la homeopatía SI cura, lo que pasa que no cura más que un placebo. Bueno, ¿y qué?

    ¡Un saludo a todos!

    1. Pues que el estado cree un placebo a base de azúcar, y lo regale en las farmacias con receta. Lo que hay que evitar es que con un engaño como este, empresas como Boiron se hagan de oro vendiendo humo a los incautos.

      Y ya no veas cuando es una universidad la que les «cede» su buen nombre (a cambio de un buen dinero) ayudando a revestir de honorabilidad algo que no es más que un vulgar timo.

      1. Si no es que te falte razón.

        A lo que me refiero es a que, para que aparezca el efecto placebo, el paciente tiene que creer que lo que está tomando va a curarle. Vaya, que es necesario que exista un engaño. Pero no se puede mentir en los componentes de un medicamento, así que hace falta un engaño pero diciendo explícitamente que el medicamento está compuesto 100% de azúcar. Culquier historieta pseudocientífica sobre la memoria del agua puede valer para muchos, que (al menos en algunos casos) se curarán sin necesidad de recurrir a sustancias químicas nocivas como son la mayoría de los medicamentos clásicos (que no niego que son muy necesarios en algunas situaciones).
        Si el Estado empezara a repartir placebo a sabiendas que no contiene ningún pricipio activo, saltaría a la prensa y dimitiría algún becario del Ministerio de Salud.

        Te concedo que la parte que no me gusta del asunto es que el dinero acabe en manos privadas. Digamos que los Estados podrían sugerir a Boiron que done sus beneficios a las hermanitas de los pobres si quieren que la homeopatía siga permitida.
        Bueno, tampoco me gusta el hecho de que la gente con dos dedos de frente se vea privada del efecto placebo por saber que lo que toman no les va a curar.

        La cuestión es si es correcto o no engañar a un enfermo sabiendo que la mentira puede curarle.

        Un saludo

  2. Es que no siempre puede curar el placebo, de hecho, casi nunca.

    Creo que los tiros van por otro lado, debería educarse mejor a los médicos, y el sistema de salud debería ser diferente. Lo ideal sería que cada persona tenga un médico de cabecera que lo conozca de toda la vida, a él y a su familia, como en los viejos tiempos. Y ese médico, podrá hacer uso de la medicina con mucha más eficacia, incluso recetando placebos para curarlo.
    Tengo entendido que hay muchos estudios alrededor del placebo, y no se trata sólo de la pastilla, sino de toda la sugestión alrededor de ella, así que no alcanzaría con lo que dices.
    La medicina científica es muy eficaz en cuanto a investigación, perotodos los problemas burocráticos, intereses políticos y económicos terminan haciendo que cuando uno se siente mal, llame a un médico totalmente desconocido que está apurado para darle una aspirina y atender al próximo. Por supuesto que esto no es tan útil, y se terminan perjudicando los pacientes.

  3. Pues a mi me da la sensación de que la afirmación «la homeopatía cura» tiene exactamente la misma base que «hacer una ofrenda al cayado incorrupto de San Gerundio cura». Técnicamente, el que existan casos en los que tanto uno como otro hagan remitir o atenúen los síntomas de una enfermedad no creo que se deba tomar como que ellos en si mismos «curan», sobre todo porque hacerlo es lo que lleva al efecto más negativo de la homeopatía, (y de las ofrendas al mencionado cayado, por supuesto). Sustituir o retrasar la aplicación de un medicamento.

    1. Sin embargo, y si no me equivoco, el efecto placebo no funcionaría con niños de corta edad y con animales. He oído a propietarios de perros comentar como sus mascotas mejoraron con homeopatía , cuando la medicina alopática no lo había conseguido. En cuanto a los niños, puedo dar fe de que funcionó cuando mis tres hijos tuvieron problemas respiratorios y la solución , según el pediatra , eran los ventolinos . ¿Funciona el efecto placebo cuando los sugestionados son los padres de los pacientes?. Ahí lo dejo.

      1. La respuesta la dio el propio Steven Novella en esta entrevista.

        Copio literalmente:

        Maikelnai: Los defensores de la homeopatía dicen que no tiene nada que ver
        con el efecto placebo, ya que también funciona con bebés y animales.
        ¿Qué piensa usted de esto?

        Steven Novella: En cuanto al efecto placebo, esta posición es muy ingenua. El
        efecto placebo es más complejo que una simple “acción de la mente sobre
        la materia”. Parte del efecto placebo es una respuesta al proceso del
        tratamiento. Así la atención y los cuidados complementarios que un niño
        o animal recibirían como parte del tratamiento con un remedio
        homeopático o cualquier otra terapia pueden tener un inespecífico
        beneficio “placebo”. Además, el efecto placebo implica un prejuicio del
        observador. Alguien tiene que determinar si el niño o animal están
        mejor después del tratamiento, y su valoración puede estar altamente
        sesgada. Asimismo, el acto de observación podría tener un efecto
        terapéutico. Por último, la mayoría de las enfermedades evolucionan
        favorablemente por sí mismas; por lo tanto, el hecho de que un niño o
        animal mejoren después de un tratamiento puede no tener nada que ver
        con el tratamiento mismo.

        La realidad es que puedes tener un efecto placebo, incluso en
        niños o animales y hasta en gente que no “cree” en el tratamiento; de
        modo que aún se necesitan experimentos clínicos diseñados, controlados
        y realizados para saber si algo tiene verdaderamente un efecto
        fisiológico.

  4. Los médicos ya estamos educados, creo. Nada nos gustaría más que estar toda la vida con los mismos pacientes y familias pero en la sanidad pública también hay contratos basura, bajas de contratos el viernes para volver a contratarte el lunes y gente en el paro con consultas sin médico para ahorrar.
    Los médicos no somos el problema.
    Maikelnai, en el centro de salud del barrio donde vives el laboratorio que se compra cátedras promociona sus productos sin problemas…y en cualquier centro , creo.

    Saludos.

  5. El problema del placebo no es tan sencillo como dar un terron de azucar y ya está. Para empezar no es ético dar un trtamiento que sabes que no es «nada». No sólo eso sino que se han dejado de hacer pruebas de sugestión tanto positivas como negativas( intentar que una patología aparezca ej: crisis epiléptica ó que desaparezca).
    El funcionamiento del placebo depende de la psique humana, no sólo funciona en enf psiquiátricas ej depresión, sino también orgánicas ej E. alzheimer ó parkinson, pero evidentemente su efecto es infinitamente inferior a los fármacos útiles. Por otro lado el Placebo también provoca efectos secundarios en los pacientes en algunas ocasiones más que el propio tratamiento.
    Esto en parte demuestra que «no existen enfermedades sino enfermos»

  6. El placebo se utiliza en la pruebas de medicamentos para reducir la tasa de errores, entre pacientes que pueden tener una sintomatología real (puede haya pacientes sugestionados) y los que creen sentirla. Además, al ingerir un medicamento nuevo, puede estar sugestionado y sentir «efectos colaterales» que en realidad suceden sólo por temor a lo que está tomando. De esta forma diferencian errores entre los medicamentos reales y el placebo. En la mayoría de las veces, se puede notar con facilidad cuando un medicamento es el real y cuando es el placebo. En cuanto a la homeopatía, y esa tontería «no se pierde nada con probar», puedes perder la poca salud que te queda. Por lo tanto, si tienes una dolencia, simplemente acude al médico.

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