Trayendo de vuelta a las bestias prehistóricas de Europa

Por , el 2 junio, 2007. Categoría(s): Educación/Opinión ✎ 10

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Intentar recuperar los habitats salvajes de Norteamérica estaría bien, pero Europa podría ser un mejor candidato, gracias a los parientes vivos de esta megafauna extinta.

El pleistoceno supuso el apogeo de la megafauna, un lapso de tiempo geológico en el que los grandes mamíferos como los mamúts, los tigres de dientes de sable, los rinocerontes lanudos y los perezosos terrestres gigantes recorrían los continentes. Esta época duró más de un millón de años durante los cuales los glaciares ocupaban buena parte de la superficie del planeta, estirándose y retrocediendo a lo largo de vastas extensiones. Acercándose al inico del fin del Pleistoceno, hace unos 50.000 años, buena parte de la megauna desapareció en sincronía con la expansión del humano moderno. Esta pérdida dejó al Holoceno, la era geológica actual (que empezó hace unos 11.000 años) con una megafauna muy empobrecida. Especies como el mastodonde americano, el lobo gigante y el ciervo gigante hace tiempo que se fueron, pero algunas especies, o al menos sus parientes cercanos, sobreviven en el presente, dando esperanzas a los científicos sobre la posibilidad de recrear la megafauna tipo Pleistoceno y sus ecosistemas.

Hace unos pocos años, un grupo de científicos concibió un plan de «recuperación del mundo salvaje» (o «re-wilding» en inglés) destinado a restaurar los ecosistemas pleistocénicos de América del norte. El propósito: restaurar los procesos ecológicos perdidos y el potencial evolutivo, así como crear un refugio seguro para la megafuna que sobrevive a duras penas en zonas en conflicto, inestables, o regiones densamente pobladas en otros lugares del mundo. Desde entonces, buena parte de la discusión sobre este plan se centraba en Norte América. Mientras que otros candidatos para este «re-wilding» fueron dados de lado, aunque en Siberia se están haciendo grandes esfuerzos para preservar y entender las praderías pleistocénicas en las latitudes del norte, y existen también otras iniciativas similares en Europa, el continente que podría representar la promesa más grande de traer al Pleistoceno de vuelta a la vida.

En muchos aspectos, Europa es un candidato más obvio que Norte América para la recuperación del mundo salvaje del Pleistoceno. La razón: una gran porción de la especies perdidas en América no tienen ningún pariente cercano. Europa también ha sufrido su buena dosis de extinciones, incluyendo al felino cimitarra, al oso de las cabernas, al mamut lanudo, al rinoceronte de las estepas y al ciervo gigante, pero muchas de las especies perdidas en Europa aún sobreviven, o tienen parientes domésticos salvajes en otras partes del mundo. Europa tiene una ventaja histórica: la desparición de su megafuna sucedió, en gran medida, más recientemente que en Norte América, y muchas especies persistieron hasta bien entrado el Holoceno.

Europa ya ha conseguido algunos éxitos reintroduciendo especies previamente extintas en la zona. El bisonte europeo, que se extinguió en el hábitat salvaje a principios del siglo XX, ha sido recuperado en poblaciones dispersas a lo largo de Europa del este. Pequeñas poblaciones de buey almizclero que vivían en los climas fríos de Europa hasta el último periodo glaciar, han sido reintroducidos con éxito en las montañas de Escandinavia. El gamo, el pariente más cercano al extinto ciervo gigante, sobrevivió marginalmente en el Holoceno europeo, pero persistió en Asia Menor. Tras varios milenios de reintroducciones, el animal prospera a día de hoy en la mayoría de los países europeos. La exitosa recuperación de estas especies es un buen presagio de cara a futuros proyectos a una escala más grande.

Pero las iniciativas de recuperación de fauna en Europa deberían incluir también una revigorización de las poblaciones de megafauna ya existente allí pero que han sufrido restricciones muy severas. Entre ellas: el lobo, el oso pardo, el lince y el alce. Los científicos deberían también considerar la reintroducción de otas 11 especies adicionales de megafauna: el león asiático, el leopardo, la hiena manchada, el cuón, el caballo y las reses salvajes, el asno y el elefante asiático, el hipopótamo. el búfalo de agua y el rinoceronte peludo.

Los primeros en volver deberían ser los deprededadores, como los leones. Las extintas subespecies de grandes felinos espeleos (que vivían en cuevas) estuvieron una vez muy extendidas por Europa, hasta el final del último período glaciar. Los leones asiáticos son un candidato obvio para cubrir este vacío de depredadores felinos; en realidad florecían en los Balcanes, no más al norte de Hungría, hace tan solo unos pocos miles de años, pero a causa de la sobrecaza ahora viven solo en unas limitadas areas forestales de la India. Otros depredadores a considerar son el leopardo y la hiena manchada, que junto al cuón (también conocido como perro salvaje asiático) estuvieron ampliamente extendidas por Europa durante el Pleistoceno tardío, y que podrían transplantarse desde Asia y África.

También debe haber animales que pasten para servir tanto como presa como para rellenar el vacío ecológico dejado por los hervíboros extintos. Los caballos y las reses (vacunas) salvajes florecieron en el Pleistoceno tardío y en el Holoceno en Europa, pero se exinguieron en la naturaleza durante los últimos 400 años a causa de la reducción de sus hábitats. Ambas especies aún existen en el continente en formas domesticadas y asilvestradas (antiguos animales domésticos que escaparon a la naturaleza), y ya hay varios proyectos locales en marcha para tratar de reintroducirlos. El asno salvaje asiático podría introducirse en las regiones más secas de Europa como pariente cercano del desaparecido asno salvaje europeo, que prosperó hasta bien entrado el Holoceno, y que probablemente sobrevivió en España hasta el año 1540 D.C.

Otros mamíferos grandes podrían actuar como suplentes de sus parientes cercanos extintos, tales como el elefante asiático por el elefante de colmillo recto, que prosperó en climas fríos y templados en el viejo continente durante el Pleistoceno tardío. El elefante asiático podría vivir bien en Europa, porque no es una especie exclusiva de los trópicos, y de hecho, durante el comienzo del Holoceno estaba ampliamente extendido por las zonas templadas de China.

Y no nos olvidemos de la megafauna amante del agua como el hipopótamo moderno (que vivió en climas templados en Europa durante el Pleistoceno tardío) y el búfalo de agua asiático, que podrían servir como sustituos de sus extintos primos europeos. Finalmente está el rinoceronte de Sumatra (o peludo) que, si logra salvarse del peligro de extinción que sufre en el sudeste de Asia, tal vez podría sustituir al extinto rinoceronte de Merck, una especie emparentada, habitante de bosques templados, que se extinguió durante la última glaciación.

Traducido de Bringing Back Europe’s Prehistoric Beasts.

Por Jens-Christian Svenning (31 mayo 2007)



10 Comentarios

  1. Lo único que conseguirán es hacer sufrir a unos animales que, a pesar de estar emparentados con los que vivían aquí, no están preparados para vivir ni en el clima de entonces ni en el de ahora.

    Ideas de bombero jubilao…

  2. hola… weno me gusto mucho la pagina y tmbn me gustaria wue pusieran en que tiempo geologico aparecio el elefante weno besos bye
    matence!!!!!!!!!!

  3. pues el que dice que sufririan los animales es un inutil por que los mamiferos son los mas adaptables de todos por lo que no pasaria mas de 1 o 2 años en adaptarse bn al medio europeo

  4. En el Sureste ibérico hay muchas comarcas semiáridas y secas; litorales sobre todo; donde la vegetación potencial sería de garrigas espinosas y bosque claros con mucho estrato herbáceo; es decir, «sabanas»; entendiendo este término en sentido amplio. Hay también pequeños humedales con matorrales salinos y herbazales verdes en verano, donde el ganado puede pastar cuando el monte bajo está reseco en el resto del territorio. En mi opinión esta zona sería el lugar idóneo para instalar un futuro parque pleistocénico, restaurando la vegetación e introduciendo toda esa fauna que el artículo recoge. Según los cálculos que tengo hechos, para que una comunidad faunística que incluyera panteras, rinos y elefantes se cerrase; o casi; haría falta unos 300 km2, con al menos 100 km2 de potencial eutrofo; y 15 km2 con distintos grados de compensación hidroedáfica estival. Este espacio seminatural no sólo tendría aplicaciones científicas, didácticas y turísticas; ya que gestionado de forma sostenible podría proporcionar carne, pieles, animales vivos para proyectos similares, leña, madera y otros productos vegetales. En Sudáfrica no paran de montar ecosistemas de este tipo, de los que buena parte son reservas privadas, por que según se dice salen muy rentables… Lanzo la idea…

  5. A mi esto de introducir o como lo llaman «reintroducir» me parece muy bien, pero al fin al cabo, esos cientificos que se preocupan tanto por si les saldria bien o no, no se dan cuenta de que aunque no hallan pasado mucho tiempo, 13.000 años son 13.000 años y que si algo nos a enseñado la naturaleza y nuestra propia especie es que pase lo que pase, cualquier cambio que ocurra sera reparado por la misma naturaleza ella misma y que en todo caso lo que no deberiamos hacer es intervenir en el proceso de evolución que nuestro planeta lleva creando desde sus origenes. En comclusión, mi opinion es que principalmente la naturaleza no necesita la ayuda nuestra para sobrevivir en los tiempos que nos acontecen y que ademas si en la naturaleza cambia algo, al cabo del tiempo, volvera a ser sustituido una y otra vez asta que todo se reorganice y se restaure.

  6. Muchos de esos animales se han extinguido por culpa de el hombre moderno: leon, uro o incluso el mamut perduro en una isla asta hace apenas 4000 años atras, cuando curiosamente aparecio el hombre.En definitiva la fauna de Europa esta enferma por culpa nuestra asi que todo lo que sea devolver el esplendor que nos corresponde mejor. El Uro, el leon, el bisonte, el alce, el rinoceronte, hienas, hipopotamos, mamuts etc… Asi devolveremos parte del daño causado a este planeta

    1. totalmente de acuerdo con usted, además el potencial de desarrollo económico en base al turismo de naturaleza y observación de fauna es enorme en zonas en grave declive económico y demográfico.

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Por maikelnai, publicado el 2 junio, 2007
Categoría(s): Educación/Opinión