Hoy esta será mi única anotación, quiero dedicarle el día a un admirado y querido compañero en Astroseti que se nos ha ido. Liberto Brun fue una de esas personas que dejan huella por su afán de trabajo más allá de la edad de jubilación, por su predisposición a colaborar siempre que se le pidió, por su vitalidad y claridad de mente y por ser, en fin, uno de los personajes históricos y carismáticos que llevaron a Astroseti.org a ser lo que es hoy.

Me gustaría creer en la vida tras la muerte, en la existencia de un cielo donde todos los presentes adquieren la total comprensión de la complejidad del universo, porque ese imposible era lo que quería (también yo) nuestro amigo Liberto. De existir un lugar así, no me cabe duda de que Liberto se habrá agenciado un buen telescopio.

Liberto nos sorprendía a todos por el volumen de trabajo que desempeñaba en Astroseti, no solo era capaz de traducir a la velocidad del rayo (yo le llamaba cariñosamente el «Ferrari») sino que además participaba activamente en los debates, llevaba el control de las noticias publicadas, y actualizaba los datos de los nuevos integrantes.

Admiraba el trabajo de Edna DeVore (Directora de Educación y Divulgación Pública del Instituto Seti) y cuando la conocí personalmente en San Francisco junto a Emilio González, le comentamos acerca de su fan número uno en España, nuestro «Matusalén». Ella le dedicó un texto personal de su puño y letra y nosotros se lo hicimos llegar a Liberto para su alegría.

Liberto y yo discutíamos mucho, manteníamos posturas discordantes sobre muchas cosas, pero luego en un e-mail me ofrecía una horchata virtual (de Alboraia por supuesto) o nos llamábamos por teléfono, y todo se arreglaba. Nunca llegué a conocerlo en persona, cuando estuve en Valencia e íbamos a quedar, tuve que ingresar a mi hija por unas fiebres muy altas. Nunca pensé que la vida no me daría otra oportunidad.

A los pocos días de inagurar este blog, introduje un enlace a su página en el blogroll como homenaje a su persona. Le gustaba la mitología griega y amaba a México, el país que le acogió cuando la guerra civil forzó a sus padres, republicanos, a enviarlo (como tantos otros niños de la guerra) fuera de España para evitarle las atrocidades que aquí se cometían. En principio el plazo sería corto, pero todos sabemos cómo acabó la guerra así que allí pasó gran parte de su vida, estudió química, trabajó y se casó; de allí son sus hijos, de allí era su acento, pero un trocito de su corazón siempre permaneció junto al Mediterráneo, al que regresó tras la jubilación para empezar a colaborar junto a Emilio de forma Altruista, él fue el primer colaborador en Astroseti, un personaje vital en nuestra breve pero intensa historia.

A él le gustaba decir que como químico que trabajó para una multinacional, Dios (si, él era creyente) le dio la oportunidad de dar la vuelta al mundo varias veces… pero si como dijo Sagan, somos polvo de estrellas, Liberto ha realizado su viaje más largo, y ha regresado a casa.

Los que te conocimos te recordaremos siempre viejo cascarrabias.

Descansa en paz amigo, compañero, maestro.