En el ojo del huracán

Por , el 29 enero, 2015. Categoría(s): Imágenes

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Las altas atalayas son lugares proclives para la toma de fotos espectaculares, y pocos lugares elevados ofrecen vistas más espectaculares que la Estación Espacial Internacional (EEI). La imagen que veis sobre estas líneas, tomada por la astronauta italiana de la ESA Samamtha Cristoforetti el pasado 12 de enero de 2015 es una muestra impagable. La espectacular vista recoge la actividad de una tormenta impresionante: el ciclón Bansi, con tan buena suerte (para la fotógrafa) que su ojo aparece iluminado por obra y gracia de un oportuno rayo. (Podéis hacer clic sobre la imagen para verla a mayor resolución).

En el momento en que Cristoforreti tomó la foto, la EEI pasaba al este de Madagascar y el ciclón se encontraba azotando el sur del Océano Pacífico. La imagen capta así mismo a través del ojo del ciclón una porción de mar azul, aparentemente tranquila y ajena al caos que se producía a su alrededor. Aunque puede parecer pequeña, el área que vemos a través del ojo de la tormenta mide entre 32 y 64 kilómetros de diametro. La zona en la que se produce el rayo, llamada «pared del ojo«, es un anillo formado por elevadas nubes de tormenta eléctrica.

Antes de que se tomara esta foto, el ciclón Bansi era solo un disturbio tropical, es decir un grupo de lloviznas y tormentas eléctricas. Sin embargo la condiciones en la región eran idóneas para la formación de un ciclón. El agua del mar estaba caliente, el aire estaba húmedo, los vientos creaban turbulencias y la presión del aire variaba enormente con la altitud.

Los ciclones son el mismo fenómeno que los huracanes y los tifones, a estas tormentas se les llama de una manera u otra en función a la cuenca oceánica en la que se dan. A medida que crecían los vientos el disturbio tropical se fue organizando poco a poco, y el pasado 11 de enero alcanzó el estatus de ciclón tropical, con vientos que alcanzaron los 185 kilómetros por hora. En el momento de la foto, la tormenta estaba creando olas monstruosas de hasta 40 metros alrededor de su ojo. Sin embargo, si estuvieras navegando justo en ese punto, todo estaría extrañamente calmado, con cielos casi despejados y práctica total ausencia de vientos y lluvia.

Me enteré leyendo LiveScience.
Crédito imagen: Samantha Christoforreti, NASA.



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