Jacques Lefevrier, el hombre que falló cuatro veces en un solo intento de suicidio

Por , el 15 diciembre, 2014. Categoría(s): Humor/Juegos ✎ 2

Estos días he estado leyendo (y riéndome al mismo tiempo) el contenido de la Web de los Premios Darwin, que por cierto han cumplido ya 20 años. Por si no lo sabéis, estos galardones se entregan a individuos cuyas acciones les hayan valido desaparecer del acerbo genético mundial de la manera más ridícula posible. Así pues, para poder recibir este poco deseable galardón, hay solo dos posibilidades: morir (en cuyo caso te dan el premio a título póstumo) o provocarse la esterilización, lo cual también impide que tus genes «tarados» pasen a una nueva generación.

En fin, volviendo a la Web de los Premios, he visto que incluyen un apartado dedicado a leyendas urbanas, donde a pesar de que la autenticidad de las historias recogidas no está probada, se les da cancha por ser «narraciones inspiradoras«. Gracias a este último apartado descubro la historia «apócrifa» de de un francés llamado Jacques Lefevrier que decidió asegurarse de salir de este mundo «por la puerta grande».

El relato dice así:

Cuando el pobre Jacques perdió la esperanza y alegría de vivir decidió suicidarse, para lo cual no optó por un único método sino por cuatro. Ató una cuerda a una gran roca junto a un acantilado y se colocó la soga al cuello. Antes de saltar, se prendió fuego a la ropa y bebió un trago de veneno. Además saltó con una pistola en la mano para volarse los sesos durante la caída. El plan no podía fallar, pero lo hizo.

En el momento de disparar, Jacques erró el tiro, que en vez de descerebrarle rompió limpiamente la cuerda. Sin nada que le rompiera el cuello y dejase su cadáver colgado del acantilado, el francés cayó al mar, que apagó sus ropas. Para más INRI el agua que tragó le hizo vomitar el veneno. La historia cuenta que un pescador que pasaba por allí le rescató vivo y que pudieron llevarlo al hospital, donde finalmente murió de hipotermia.

Como siempre en estos casos, ante la duda sobre la autenticidad de la historia lo mejor es consultar la biblia de las leyendas urbanas que no es otra que Snopes.com. Allí, rastrean toda la historia hasta finales del siglo XIX para llegar a la conclusión de que en efecto tiene poco de real, y de que se trata de un relato jocoso que se repite con ligeras variaciones en el final cíclicamente (algunas incluyen un «happy end»).

Me enteré de la falsa historia de Jacques Lefevrier preparando un artículo para Yahoo! Titulado Estudio apoya la teoría de que los hombres son idiotas.



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