¿Por qué se nos pone la ‘piel de gallina’?

Por , el 25 febrero, 2014. Categoría(s): Ciencia ✎ 2

Los anglosajones usan el término «goosebumps» (literalmente bultos de ganso) a esa reacción de la piel producida por el frío, la excitación o el miedo, que nosotros llamamos simplemente «piel de gallina». Podríamos discutir sobre el acierto o no de usar ganso (y no gallina) en la expresión sajona, pero ese no es el motivo de este post *.

* No me resisto a decir que particularmente creo que tiene más sentido nuestra «piel de gallina», porque pese a que la similitud visual con la piel desplumada de ambas aves es idéntica, lo cierto es que los gansos son conocidos por su agresividad, mientras en ambos idiomas se emplea «chicken» y «gallina» como sinónimo de cobardía.

Pero vamos al quid de la cuestión ¿por qué reacciona así nuestra piel? Aunque pueda parecerte una majadería (salvo que seas El Sevilla) lo cierto es que humanos y chimpancés tenemos aproximadamente el mismo número de pelos corporales. Lo que sucede es que nuestros pelos carecen ya de utilidad porque son tan finos que prácticamente se han vuelto invisibles.

Existe todo un debate científico abierto sobre el por qué perdimos nuestro vello (hablé de ello en este mismo blog ya en 2009) pero lo cierto es que ninguna de las teorías propuestas hasta la fecha parece imponerse por goleada a las otras, y aunque esta es mi hipótesis favorita, mejor dejarlo para otra ocasión.

Volvamos al asunto de la piel de gallina. Como adivinaréis, la reacción se trata de un remanente heredado de nuestros predecesores evolutivos. Cuando nuestros ancestros peludos se enfadaban, asustaban, o sentían frío, involuntariamente se producía el tensionamiento de unos diminutos músculos situados alrededor de las bases de cada pelo, lo cual hacía que el pelo se les erizase (hoy en día sigue sucediéndoles a nuestros primos los grandes simios).

Esto tenía varias ventajas, les hacía parecer más grandes de cara al enfrentamiento con un rival, pero también (en caso de frío) hacía que entrase más aire en el pelaje, mejorando de este modo el aislamiento térmico del cabello. Como los humanos ya no tenemos pelo corporal capaz de erectarse (aunque la sensación sí que permanece) todo lo que observamos es ese peculiar «granulado» de la piel al que hemos dado en llamar piel de gallina.

El dato lo obtuve por cierto de un artículo genial en The Guardian que me inspiró varios posts para Naukas, entre ellos el enlazado anteriormente sobre el número de pelos en humanos y chimpancés, pero también estos otros dos:

* ¿De verdad tienes los años que crees tener?

* ¿Se puede vivir sin bacterias?

Espero que al leerlos, se te quede por el asombro – y como diría el gran Johan Crruyff – la «gallina de piel» .



2 Comentarios

  1. La verdad, nunca hubiera relacionado la expresión poner la «piel de gallina» con los chimpancés. Recuerdo que mi abuela me decía «piel de pollo» en lugar de «gallina», un día le corregí y ella me contestó: ¿Es que no tienen la misma piel?. Viendo como duermen las gallinas y muchas de las aves, con el plumaje inflado siempre pensé que nuestro vello se erizaba al igual que las aves ahuecan las plumas. Ahora parece tener mucha más base científica ( la mía es más literaria) la teoría del chimpancé.

  2. Hay una cosa que no entiendo… Yo pensaba que la eficiencia de un aislante térmico residía precisamente en no dejar pasar el aire, creando de esta forma una «capa límite» de aire que el cuerpo calentaba y el pelaje no dejaba escapar. No termino de entender cómo ayuda al aislamiento térmico el dejar pasar aire frío que disperse esa capa de aire caliente….

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Por maikelnai, publicado el 25 febrero, 2014
Categoría(s): Ciencia