Los amigos me preguntan cómo fue el duro golpe de regresar a la realidad tras devolver el Mazda 3. La verdad es que no se me ocurre nada más gráfico que la foto que le hice a mi hija en aquel momento. ¡Un palo!
Parece mentira, pero en un sola semana uno se acostumbra a las peculiaridades del nuevo coche. Suavidad de embrague, posición del sofá, espejos, botón de arranque, etc. Así que volver a montar las sillas de los niños en el Carina, y regresar por la autopista en silencio, fue un momento peculiar.
Me acerqué al coche y tuve que sacar la llave del bolso y hacerla girar para abrir la puerta y para arrancar. ¡Esto en el Mazda no pasaba!
Se puso a llover y el limpiaparabrisas no se activó automáticamente.
Se hacía de noche y tuve que encender las luces yo mismo.
En los semáforos en rojo, me detenía y el coche seguía al ralentí, no se desconectaba el motor. ¿Por qué no tengo i-stop?
Cuando adelantaba, tenía que mirar por el retrovisor 4 veces para asegurarme que Fernando Alonso no venía adelantando. Se esfumó el asistente de cambio de carril.
Las luces no giraban con el coche en las curvas.
De hecho las luces no eran bixenon, me pareció regresar al tiempo de las cavernas.
El equipo de música no era un Bose, ya no me apetecía hacer la broma de abrir el maletero y hacer ademán de hacer una fiesta-tecno botellón.
¿Climatizador bizonal? ¿Eso que es? Parecía preguntarme el Toyota.
¿Airbag laterales? ¿Cargador de CDs? ¿150 CV? ¿Navegador? ¿Sexta marcha?¿Información sobre consumos? Todo se fue. Desapareció.
Solo me quedan las fotos. Vuelvo a ser pobre. Las gachís ya no me miran al pasar (bueno vale, esto tampoco pasaba con el Mazda). En fin, una gran experiencia que tanto mi familia como yo recordaremos siempre con una sonrisa en los labios.
Y bueno, no volveré a daros la lata hablando del coche, pero tenía que acordarme de él una vez más antes de cerrar el capítulo. Por cierto, ya tenemos ganador del concurso de la fotoviñeta, pero no seré yo quien lo anuncie, sino medios oficiales. Muchas gracias a todos por participar y por aguantarme este episodio de súbita nostalgia.
¡Hasta siempre Mazda 3!
¿Que ya hay ganador? ¡Si no ha habido votación popular para la fotoviñeta!
No. En esta ocasión nos hemos saltado esa fase. Les he pasado a ellos los comentarios más votados y serán ellos los que elijan al ganador. Al tratarse de un premio «superior», el anuncio oficial del ganador lo harán ellos 😉
Yo te hacía más de Pontiac Trans Am que de Mazda 3…
Es cierto Maikel, hay coches que te dejan huella, sobre todo, cuando no te dejan acostumbrarse a sus bondades.
A mi tambien me encanta mi japo 😀
Eres peor que Krusty el Payaso vendiendo Cañoneros.
Bueno, piensalo de nuevo, almenos pudiste disfrutar del unos dias. Otros seguiremos soñando con un coche así…
yo manejo una VW T3 del 89…asi k hahaha, lol
Lo mismo me pasó a mi con el a5 xDDD… tuve que venderlo hace 6 meses x causa familiar.. pero bueno… siempre quedará el recuerdo
No me extraña, tuve un 323F que cambié hace casi dos años por un Mazda 5 (la familia crece y se hacía necesario algo más grade) y se bien lo que es acostumbrarse a llevar un Mazda.
Al margen de las comodidades tecnológicas, estos coches tienen un tacto distinto, mucha comodidad a la hora de conducirlos y enseguida te encuentras a gusto al volante.