Astrónomos estadounidenses han logrado con la ayuda del Telescopio Espacial Spitzer, captar las primeras evidencias que indican que muchas (probablemente todas) las estrellas binarias surgen de una única nebulosa de polvo, al igual que sucede en la Tierra con los gemelos idénticos (aquellos que resultan de la escisión de un único embrion). Al parecer es bastante habitual que las nebulosas protoestelares no adopten una forma esférica, sino que se alarguen de forma irregular. Cuando eso sucede, a la nebulosa le resulta mucho más sencillo condensarse en dos estrellas que en una sola.

En la imagen superior aparecen seis sistemas estelares binarios tal y como se observan gracias a la sensibilidad infrarroja del Spitzer. En esa franja del espectro, los astrónomos son capaces de perforar el velo de polvo y echar un vistazo al interior de las nebulosas (un poco al estilo de lo que logran los doctores con ultrasonidos cuando examinan el abdomen de una mujer embarazada durante una ecografía). Así han descubierto que en el interior de 17 de las 20 nebulosas protoestelares con formas considerablemente alargadas, se «gestaban» estrellas gemelas. Esto podría explicar por qué la mayoría de los sistemas estelares de la Vía Láctea son binarios.

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