El insaciable apetito del usurpador

Por , el 3 abril, 2010. Categoría(s): Imágenes ✎ 23

La historia me fascina desde niño, cuando pregunté por primera vez por qué los mayores decían que fulanito era «más listo que el cuco». Los cucos (Cuculus canorus) son unas aves muy astutas que pasan los veranos en Europa buscando nidos ajenos. Las madres cuco, aprovechando los breves momentos de descuido, desalojan de otros nidos uno o dos de los huevos originales (no vaya a ser que el número luego no cuadre, ya que los pájaros saben contar) y dejan de regalo uno o dos de sus huevos «okupas». Las pobres aves engañadas, normalmente pequeñas especies de insectívoros como los carriceros, terminan alimentando inadvertidamente a un monstruo glotón que les dobla o triplica en tamaño, y que previamente se ha «librado» del resto de huevos o polluelos (a veces hermano cuco incluido) tirándolos del nido para asegurarse todas las atenciones. El resultado es que muchas veces los padres parasitados están a punto de fallecer de agotamiento intentando satisfacer las exigencias del pájaro que les cayó en casa.

La foto es totalmente esclarecedora y la encontré en freeamazingimages.

PD. Cuando descubrí lo crueles que eran estos pájaros, dejaron de hacerme gracias los famosos relojes de cuco.



23 Comentarios

  1. En Chile y Argentina tenemos un ave llamada mirlo (no confundir con mirlos españoles o de otros países, que el nombre puede ser el mismo y el ave, puede que sea otra) que hace exactamente lo mismo ( mirlo o tordo argentino http://www.avesdechile.cl/304.htm). En mi patio cada primavera veo un avecilla del tamaño de un gorrión que alimenta al crío de mirlo que chilla de hambre, hasta que la pobre avecilla, un chincol (http://www.avesdechile.cl/186.htm), fallece de agotamiento. Siempre me muero de pena, pero dejo que la naturaleza siga su curso y no intervengo.
    Los enlaces para ilustrar que incluyo no son spam: no tengo nada que ver con dicha página.

  2. jajaja! pues yo admiro mucho a los cucos, han encontrado una buen manera de sobrevivir y han evolucionado hasta perfeccionarla. Richard Dawkins habla mucho de ellos, principalmente por que para un cuco fallar significa morir.

    1. Totalmente de acuerdo con Milú, no debemos caer en el antropocentrismo. No olvidemos que esta estrategia de supervivencia hace que los cucos proliferen. Bien adaptados ellos, mal adaptados los otros que no distinguen sus huevos de los de cuco 😀

      1. Pero lo mejor de todo es que no reconocen al polluelo, vamos que saben contar pero no saben si el pollo en cuestión es suyo. Yo me imagino ver nacer un lagarto de mi mujer y aunque fuera lógico (por lagarta) los mato a los dos…

  3. La selección natural conseguirá algún día que los padres «parasitados» que sepan distinguir a sus crias de las del cuco tengan más posibilidades de sobrevivir y extender su estirpe.

    1. Y lo hace actualmente, de hecho. Lo que pasa es que la selección natural también beneficiará a los cucos que consigan seguir siendo tan «cucos» y burlen la ventaja evolutiva de sus huéspedes.

  4. Y un comentario que nadie ha hecho. Si uno quita el huevo del cuco del nido parasitado, los cucos padres se vengarán destruyendo la nidada. Esto fue comprobado por unos experimentadores hace unos años: los cucos no abandonan del todo a su huevo, se quedan cerca y controlan que su cría prospere. Lo que no recuerdo es si cuando ya se había hecho grande el polluelo, este se volvía completamente independiente o si era apoyado de algún modo por sus padres biológicos. Por supuesto que tanto el ave que parasita como el ave parasitada deben conservar un equilibrio tal de modo que la especie parasitada no se extinga. Lo malo es que no recuerdo en cual revista leí esto de los cucos así que no puedo apoyar mis dichos con una bibliografía. ¿Quizás alguien más lo haya leído por ahí también?

    1. No creo que sea una «venganza» (de nuevo, un sentimiento humano), sino más bien una estrategia: si destruyen la nidada, los padres putativos se apresurarán en realizar una nueva, hecho que podrá aprovechar la hembra de cuco para depositar de nuevo su huevo; si se limitase a dejar un nuevo huevo, éste probablemente volvería a ser destruido cuando los dueños del nido se percataran de que hay uno de sobra. También existe el riesgo de que los huevos del anfitrión estén demasiado desarrollados ya, con lo que no tiene mucho sentido que el cuco ponga un huevo que eclosionará demasiado tarde, echando abajo todo el «plan».

      En España tenemos además del cuco a su pariente más grande, el críalo (Clamator glandarius), también parásito -en este caso, de las urracas y otras aves de similar tamaño y dieta-, pero menos «destructivo»: sustituyen un huevo de urraca por el suyo, pero el pollo se criará como uno más de la familia junto a sus «hermanastros». Eso si los padres dan abasto, pues el críalo demanda comida con más ganas y puede igualmente sobreponerse.

  5. Ayer me di un paseo por las Peñas de Aya, aprovechando unas horas libres. Como me gusta hacer, seguí una senda desconocida, pues siempre hay una curva tras la cual quiero saber qué hay.
    Al final del camino no encontré nada especial, unos prados de altura y viejas ruinas, poco más.
    Pero el paseo mereció la pena sólo por volver a oír un año más al cuco. Me gusta imaginar lo que habrán visto sus ojos allí de donde viene, en las selvas del África central, y en su viaje hasta mi bahía rodeada de montes.

  6. Me encantó la historia. Desconocía por completo el comportamiento del cuco. Pobres padres intentando dar de comer a semejante bichaco. La foto hasta de pena. Lo que dice el comentario de Juan Perez #15 me parece aún más indiganente. Vaya especie de listillos!

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Por maikelnai, publicado el 3 abril, 2010
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