Esto va como el culo

Por , el 12 diciembre, 2009. Categoría(s): Humor/Juegos ✎ 52

Cuando Sebastián Palomeque, harto de sufrir en silencio a sus hemorroides, se decidió a ir al hospital no era consciente del cariz que tomarían las cosas. A Sebastían simplemente ya no le funcionaban los baños de asiento; le había abandonado el toque mágico del remedio de su abuela a base de estramonio, y el frasco de Hemoal tampoco ayudaba. Necesitaba ayuda urgente y especializada si quería recuperar la habilidad de «sentarse», así que pidió un taxi, se arrodilló en el asiento trasero dándole la espalda al atónito conductor, y pidió ser llevado directamente a urgencias.

En la consulta, de pie y apoyado de codos sobre la camilla, comenzó a notar que algo iba mal en cuanto el primer doctor se fijó en sus posaderas.

– «No puede ser», barruntó el doctor desconcertado. «Es increíble». Y añadió dando un grito: «Ribera, ven aquí a ver esto».

Sebastián no se sorprendió demasiado. El grado de dolor le indicaba a las claras que el nivel de sus varices rectales tenía que ser extraordinario, así que no le alarmó que se requiriese una segunda opinión.

Ribera llegó, y asombrado ante el espectáculo, se frotó los ojos hasta hacérselos enrojecer. «Es imposible, pero si es…., esa cosa es igual que ….. ¡Joder! No me atrevo ni a decirlo» comentó a voz en grito.

Sebastían, perplejo, comenzó a tranquilizarles. «Oigan, en mi familia las hemorroides son una cosa singular que se hereda de generación en generación. Supongo que habrán visto pocas como esta, pero por favor. No olviden el juramento hipocrático. ¡Tienen que ayudarme!»

Sin embargo, las voces del doctor Ribera habían alertado a Romualda la celadora. Aquella mujer era un poco bruta, aunque ideal cuando había que disolver a grupos numerosos empeñados en pasar con sus guitarras fuera del horario de visita. Romualda era de Albacete, y muy devota de la Virgen de los Montes. Así que cuando entró al box y se topó con dos doctores observando asombrados un culo, dedicó un solo segundo a contemplar aquella inflamación sanguinolenta y lo tuvo claro.

– «¡Por Dios Santo! Pero si es nuestra señora La Virgen de los Montes.» gritó en éxtasis la albaceteña.

– Ribera, asintió a regañadientes. «La verdad es que tiene un aire innegable. Con su corona, la silueta del niño en brazos, y hasta el arco estrellado en su base».

– El primer doctor, un hombre de recta formación científica y caracter escéptico a prueba de bombas añadió. «Cierto, una de las pareidolias más asombrosas que me ha tocado tratar. Pero por favor, no olvidemos que hablamos de hemorroides, y que este joven necesita un calmante.»

Podemos imaginar la cara de sorpresa de Sebastián cuando los doctores, ayudados de dos espejos, le enseñaron el casual aspecto de su «maletero». Lo que no podemos ni imaginar fue el enfado que se agarró cuando oyó el clic del móvil de Romualda, quien saltándose las elementales leyes de la discreción, fotografió aquel «bajorelieve».

– «¿Qué está haciendo esa loca?» Gritó como un poseso Sebastián. Pero ya era tarde, la celadora salió pitando hacia la zona de ambulancias gritando: «¡Milagro, milagro!».

Herido también su orgullo, y tras amenazar a los doctores con denuncias a mansalva por intromisión en el honor, Sebastián Palomeque prefirió centrarse en su mal rectal. La inflamación no remitía, así que los médicos decidieron dejar un par de horas a Palomeque y su ano «en observación» (nunca mejor dicho).

Echado en una camilla boca abajo y tapado con una sábana del INSALUD, el chaval llamó a un abogado. En un pispás los administradores de la clínica solucionaron el asunto de la puñalada pixelada «por la espalda». El consejo llamó a Romualda, (que en todo momento contemplaba al chico con aire reverencial y beatífico, como quien ve pasar a la Macarena por la calle Sierpes) y esta accedió – no sin protestar – a que la imagen de la discordia fuese borrada.

Mucho más tranquilo, Sebastián se dejó curar. No imaginaba que su culo «virginal» era en esos momentos motivo de debate hasta en el círculo de erudicción ortodoxa del muy griego monasterio del Monte Athos.

En efecto, antes de que la mencionada celadora aceptase desprenderse de su reliquia fotográfica, le pasó por bluetooth una copia a su amigo Paco el camillero. Este envió maravillado la imagen por SMS a su novia Remigia, que la subió a Flickr para enviársela por e-mail a sus amigas de Murcia, una de las cuales decidió mandarla a Menéame con el título «Aparición marianal». A pesar de las acusaciones de microblogging la imagen alcanzó la portada rápidamente, y desde allí saltó a blogs de toda España y América Latina.

Pocos minutos más tarde un chaval de Miami la envió a Digg, donde – entre risas y con el titulo «Appearance of the Holy Virgin at ‘special’ cave» – recibió 250 votos en apenas 10 minutos. Luego vinieron Boing Boing, el 20 Minutos, Beppe Grillo, Cracked y más de 4 millones de webs internacionales de diversas temáticas.

Al hilo de la actualidad, Mi Mesa Cojea publicó una entrevista ficticia y desternillante con Pitita Ridruejo que le hizo perder un montón de lectores (y que también acabó en portada de Menéame). Irreductible aprovechó el momento y dedicó un podcast completo a pareidolias históricas. Kurioso retocó la imagen dándole un aire a lo Warhol, y escribió un post «analítico» en el que – extrañamente – no había niños pobres ni desgraciados. Aberrón convenció a la dirección de La Información de que el efecto bola de nieve de aquella imagen, se merecía un editorial más largo que sus últimos posts. Wicho duplicó lectores en WTF! gracias a la foto. Enrique Dans, escandalizado por como le habían desgraciado la vida al pobre Sebastián, estuvo tentado de escribir un Manifiesto a favor de la defensa de la intimidad en los centros de salud, pero Ignacio Escolar se le adelantó y fue el primero en ser recibido por el ministro de justicia.

Para cuando a Sebastián Palomeque le dieron el alta. En la puerta del hospital había 50 periodistas y cientos de personas deseosos de ponerle rostro al culo de la discordia. Todo el espectro de los mass-media estaba presente, desde periódicos rojillos y ateos, pasando por Flipy del Hormiguero, y acabando con un representante de la COPE «fichado» deprisa y corriendo por el Diario del Vaticano. «¿Eres creyente? ¿Te lo has hecho tu, verdad hereje?» preguntaba el enviado del nuncio. «¿Vas a denunciar al hospital?» inquiría David Bravo. «¿Cómo sienta haber pasado a los «anales» de la historia?» le espetaba con sorna el Follonero.

Algunas señoras de mediana edad le llamaban apóstata, desvergonzado y descreído, pero los chavales menores de 20 le defendieron y abuchearon a las creyentes iracundas. Sin embargo, la respuesta más favorable la recibió de los seguidores del MEV, que entre risas afirmaron estar dispuestos a elevar al engendro de la foto a los altares de su no-iglesia.

Ante semejante panorama, Palomeque intentó cubrirse el rostro con una chaqueta; nadie le había advertido del show mediático que sus hemorroides habían protagonizado en medio planeta mientras estaba ingresado. Pero una vez más era tarde, su cara apareció en todos los telediarios haciendo pareja con la tristemente famosa imagen de la «virgen de la cueva». («Hemos visto la luz, ya tenemos la moneda con su cara y cruz», cantarían ese año las chirigotas gaditanas). La sociedad de la información global demandaba morbosamente ponerle rostro al «reverso tenebroso», aquello indudablemente era de interés público.

En los días que siguieron, recibió amenazas de muerte de grupos ultracatólicos, e invitaciones millonarias de Telecinco para ser entrevistado por Belén Esteban. Obama bromeó sobre su historia ante el Congreso, y Ratzinger afirmó que todo aquello era una broma de muy mal gusto «que desagradaba a nuestra señora».

La celadora Romualda en cambio si aceptó la entrevista con la Esteban, ahora vestía siempre una pañoleta blanca y se expresaba con aire afectado, como quien hablase en nombre de una horda de fieles. Fundó la iglesia de la Santa Pareidolia Albaceteña, y logró vacíar los bolsillos de unos cuantos crédulos lo suficiente como para construir un pequeño templo en el que poder rezar a la Almorrana Divina. Los ateos del pueblo llamaban jocosamente a aquel lugar «el Ora-culo».

Agobiado por la presión, Palomeque tuvo que esconderse en casa de una ex-novia a la espera de que capease el temporal. Lo logró durante casi 5 días, pero el valor mediático de su historia (lo más grande en la red desde Susan Boyle decían algunos), hizo que su ex terminase por irse de la lengua a cambio de un buen puñado de euros.

Hoy he vuelto a verlo en el telediario. Unos señores de uniforme se lo llevaban esposado a algún umbrío lugar. Al parecer el patronato protector de la imagen original de la Virgen de los Montes había adquirido los derechos de todas las reproducciones de la vieja talla de madera.

Una delegación del Ministerio de Cultura, evitando molestar innecesariamente a los jueces, consideró probado que aquellas hemorroides eran una flagrante reproducción no autorizada de una obra «protegida» por el copyright.

Mientras lo metían en un coche estampado con el logo de la SGAE, le oí reconocer amargado por los micrófonos: «Esto va como el culo».



52 Comentarios

  1. en dos palabras im-prezionante. jajaja, en cuanto a la mención de mi mesa cojea creo que el post sería algo así como «El Palmar del Culo 2020» donde veríamos como la celadora administra la fortuna de un Palomeque envecejido que solo se hace ver a sus devotos los 12 de Diciembre; día en que se recuerda su asistencia a urgencias. Lo de la SGAE ya quedaría en la memoria colectiva y como post divertido en el blog de Tecnología Obsoleta con título «Como el timo de la estampita se hizo legal por una inoperancia política». Ahí queda eso, y que conste que personalmente no veo a la SGAE como un tirano inquisidor sino como una panda de timadores profesionales que se amparan en un hueco legal no tapado por las leyes (ostias, si hasta se cobran ellos mismos)

  2. La patrona de Albacete (capital) es la Virgen de los Llanos, lo mismo en el resto de la provincia será la de los Montes o el Atascaburras, pero nada, ¿qué sería un blog sin comentarios que le intenten corregir de forma pedante (aunque sean portadas de menéame)?
    Pobre Romualda, estará revolviéndose en su tumba.
    Está graciosa la entrada, un saludo.

    1. Lo se, inicialmente puse Llanos, pero luego pensé que algún albaceteño se podía enfadar por elegir su virgen en concreto, así que cambié Llanos por Montes para evitar conflictos desagradables. La historia no pierde nada y no me meto en líos regionales. 😉

      1. Te entiendo perfectamente, suponía que era un cambio a propósito, aunque a la mayoría de albaceteños nos gusta que se hable de Albacete, ya se para bien o para mal , como se diría por aquí: «ea»
        Tampoco hay que hacer una montaña de arena de un «grano»
        Saludos!

  3. Saber que algo es mentira y disfrutar creyéndotelo no tiene precio…
    Ha sido lo más parecido a ver Valquiria y pensar que Tom Cruise se iba a cargar a Hitler sabiendo que la peli está basada en hechos reales…

  4. Como devoto de la Virgen de los Montes me he sentido profundamente ofendido por este post, que ya he puesto en conocimiento del Observatorio Antidifamación Religiosa …y del Vatic-ano.

  5. Excelente¡¡¡¡ me rei mucho con la historia. Me preguntaba si pudiese decir que es ficción o la verdad anunciada hasta que aparezca la famosa hemorroide 😀

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Por maikelnai, publicado el 12 diciembre, 2009
Categoría(s): Humor/Juegos