Monsanto y la policía de los genes

Por , el 27 diciembre, 2008. Categoría(s): Educación/Opinión ✎ 14

Estos días de fiesta he podido seguir leyendo el libro que Marie-Monique Robin (en la foto) dedica a denunciar las prácticas terroríficas de una empresa llamada Monsanto. En el fondo el libro es una crítica al sistema político y judicial de los Estados Unidos, y por tanto a las prácticas más «integristas» del capitalismo personalizadas en este anticristo moderno. Las páginas comprendidas entre la 310 y la 336 son de una crueldad estremecedora, en ellas la periodista francesa relata las consecuencias que siguieron a la posibilidad de patentar genes. En concreto habla de la política seguida por Monsanto para asegurarse que los agricultores norteamericanos que cultivan sus variedades transgénicas «roundup ready» (resistentes al herbicida roundup, elaborado a base de glifosato) compren cada año semillas nuevas y no reutilicen parte de las obtenidas en la cosecha del año anterior. Y es que la empresa dice que no vende sus semillas transgénicas, sino que simplemente «las alquila» para una sola siembra.

Monsanto, gasta cada años millones de euros en pagar a agencias de detectives privados (Pinkerton en Estados Unidos) que emplean métodos mafiosos para perseguir a los agricultores «piratas». A estos hombres se les conoce como la «policía de los genes» y sus métodos serían impensables en Europa. Casi todo su trabajo llega a través de un teléfono gratuito al que los agricultores pueden llamar para denunciar a sus vecinos. En un sector como el agrario, donde el agricultor se enfrenta año tras año a caídas en los precios, la única forma de prosperar es hacerse con más tierras, con lo cual la denuncia al vecino para que los abogados de Monsanto lo destrocen y se vea obligado a vender sus propiedades, es una opción muy golosa para los faltos de escrúpulos.

En los casos que Robin menciona en el libro, se retrata la filosofía maquiavélica de Monsanto: hacer dinero a toda costa. Se habla de agricultores que cultivaban maíz no transgénico y que fueron denunciados injustamente de cultivar soja roundup ready, que prefirieron pagar la sanción antes de entrar a jucios largos y carísimos por miedo a perder las tierras. Los agentes de Monsanto realizan a menudo denuncias aportando como pruebas análisis genéticos de las plantas cultivadas en las propiedades privadas de los agricultores, a las que entran sin pedir permiso. En ocasiones, cuando sospechan que un agricultor que dice cultivar soja no transgénica miente, llegan a fumigar su propiedad con el herbicida roundup. De este modo matan el cultivo tradicional, y descubren a las plantas transgénicas capaces de seguir prosperando.

Especialmente estremecedor el relato del agricultor cuya plantación fue contaminada por el polen transgénico de la soja de sus vecinos; esta contaminación puede ser aérea (el polen puede viajar hasta 800 metros por el aire), o mecánica: puede venir por las cosechadoras de alquiler que han trabajado previamente en un plantación de transgénicos, o por caídas desde los camiones que transportan la cosecha por los caminos que sirven de linde entre las diversas propiedades. Cuando la policía de los genes encuentra variedades patentadas por Monsanto en propiedades de agricultores que ni las quieren ni las plantan, pero que han tenido la mala suerte de ser contaminadas, la sanción es inevitable… y el sistema judicial estadounidense ampara a la empresa de St. Louis.

En fin, que yo cada día estoy más satisfecho de vivir a este lado del Atlántico, donde el consumidor (y no el productor) tiene la última palabra.



14 Comentarios

  1. error,aqui el consumidor no tiene la ultima palabra,españa y turquia son los dos unicos paises de europa en los que es legal plantar transgenicos,si a eso añadimos que el sur de españa es el huerto de europa pos mira tu por donde,estos son los negocietes del señor josemari y el tito bush .
    estamos trabajando en ello

  2. Creo que empresas como Monsanto son criminales, delincuentes. No entiendo cómo se puede patentar una célula, aún habiendo sido manipulada genéticamente (lo que quizás haya hecho la naturaleza sólo que más lentamente). Ningún procedimiento que altere seres vivos, sus células y cualquiera de sus moléculas debe poder patentarse. Gobiernos que lo permiten no andan muy lejos de ser tan bajos como los de Monsanto y sus pares.

    ¿No es posible alterar a los de Monsanto genéticamente para que puedan ser eliminados por su roundup?

    Manfred Mertens

  3. Genial artículo, y genial por darlo a conocer,
    los que hemos leido un poco del tema (como consumidor preocupado, y como interes por agricultor) sabemos lo que hay, pero por lo menos yo, no sabia q llegasen hasta ese punto.

    Decir que en el primer párrafo mencionas que las semillas hay que comprarlas anualmente. Esto actualmente pasa con casi todas las semillas que se compran un claro ejemplo el maiz para animales que solo produce durante una cosecha, es decir no solo los transgénicos lo hacen.

  4. No cabe duda de que es el malo de la película. Y un buen motivo para no consumir transgénicos.
    Las prácticas mafiosas de Monsanto son un buen motivo para dejar de consumir transgénicos en la misma medida que las prácticas antiéticas de Microsoft nos deberían mover a dejar de usar computadoras o las de la industria farmacéutica, sobradamente conocidas, a dejar de tomar remedios. Si tuviéramos que deshacernos de todo lo que ha sido tocado por el capitalismo voraz y la corrupción política, probablemente nos moriríamos de hambre en dos semanas
    No. No debemos deshacernos de los transgénicos, debemos apoderarnos de esta importante rama del conocimiento científico para ponerla al servicio de la humanidad ¿Genes Open Source? No suena mal 🙂

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Por maikelnai, publicado el 27 diciembre, 2008
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