Gracias por el Barbero Xoaco

Por , el 18 diciembre, 2008. Categoría(s): Personal ✎ 5

[youtube]Oio1G-7aopo[/youtube]

Gioachino Rossini (Xoaco Roxín si hubiera nacido en Asturias) era un cachondo. Me permito hacer esta afirmación sobre el famoso compositor de Pésaro después de haber asistido antesdeayer a una representación brillante de su celebérrimo Barbero de Sevilla en la que… casi salimos a tortas. Esto de la ópera es algo más que cantar, yo ya lo sabía, y pese a que hubo consenso total en la brillantez de las voces, las responsables del montaje, vestuario y escenografía se llevaron el más sonoro pateo que recuerdo haber oído nunca en el Teatro Campoamor.

¿Por qué? Pues porque estas señoras, la francesa Mariame Clément y la teutona Julia Hansen, entendieron, como el 80% del aforo del teatro, que una ópera bufa admite cualquier cosa que refuerce la comicidad, así que lo aprovecharon ambientándola en el siglo en el que vivimos y aderezándola con chistes actuales (craso error cuando parte del graderío lo ocupan neanderthales). Lo cierto es que no recuerdo nunca haberme reído tanto en una representación. ¿Cómo no reirme viendo a Fígaro y a Almaviva cantando mientras mean contra una pared? ¿Cómo no van los puristas a revolverse en su asiento cual si fuera un cactus, si Rosina entona su preciosa cavatina mientras se depila? Jamás pensé que vería al conde de Almaviva disfrazado de John Rambo y de Elvis Presley, pero lo cierto es que pegaba estupendamente. En ocasiones el desternille llegaba a grados inimaginables, como cuando Fígaro y el conde se esconden en contenedores, o cuando Almaviva canta «Staying alive» de los Be Gees mientras baila a lo Tony Manero en «Fiebre del sábado noche». Todos los cantantes estuvieron brillantes, pero la vis cómica de Bruno de Simone como Don Bartolo (¡qué pedazo de actor, qué pedazo de barítono!) hubiera bastado por si misma para compensar el importe del billete.

Seguro que Rossini habría quedado encantado de haber asistido a la repesentación, pero ese 10 o 20% de adictos al inmobilismo chirriaron como motores desengrasados porque no entendieron la broma. El caso es que el Barbero de Sevilla tiene algo alegre, desinhibido y hasta gamberro que incita al exceso y al humor, así lo ha entendido el pueblo erigiendo a esta obra maestra como el paradigma del cliché operístico. ¡Pero si hasta Bugs Bunny y el Pájaro Loco se han atrevido a destrozar el famosísimo Largo al Factotum de Fígaro! Eso si… de elegir «derivados» cómicos del Barbero me quedo con la versión de la opertura a capella que hicieron los King’s Singers y que abre este post.

En fin, si sois de los que pensáis que la ópera es aburrida, yo os recomendaría que buscarais en youtube fragmentos del Barbero de Sevilla mientras leéis el libreto en castellano. Y por supuesto, si tenéis la oportunidad de acudir al montaje del Campoamor, id y llevaos a vuestros hijos; os regalaréis el oído y de paso os reiréis un buen rato.



5 Comentarios

  1. Muchas veces la gracia de las grandes obras es que pueden ser adaptadas a mil formas sin perder su belleza e importancia. A esos inmobilistas, señores, hay un mundo más allá de las versiones originales y es el de la libertad creativa.

    Por cierto, el vídeo buenísimo!

  2. Lo digo en serio, yo pasé verguenza. A mi me enseñaron que cuando algo no te entusiasma, no lo aplaudes y hasta te vas, pero lo de estos señores dio realmente verguenza ajena. Fue una lamentable muestra de falta de educación en toda regla.

  3. Yo tuve un profesor que nos daba matemáticas y que un dia hablando del comportamiento dijo, y cito textualmente:
    «Cuando yo voy a la ópera y no me gusta no me pongo a gritar: «Yo no he pagado 30€ para ver a una zorra cantar». Simplemente me marcho elegantemente».

    Estos señores, si no tienen ni humor ni educación que no vayan a lo que saben que no les gustará. Es bien sencillo.

  4. A medida que iba leyendo me entraba la risa, imaginando a señores y señoras peripuestas perdiendo la compostura con el pateo y mostrando su verdadera naturaleza zafia disfrazada bajo ropa cara. Es muy teatral tu historia y aunque yo me lo he cogido por el lado de la risa, es muy triste también, tanto para la compañía como para el público que sí entendió el mensaje.
    Hay gente no preparada para los cambios… hace años, ví «La muerte de un viajante», el viajante era José Luís López Vázquez y en una de las escenas más dramáticas… mucha gente reía!! O-O

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