Isaac Asimov 1920-1992 (biografía del buen doctor)

Por , el 7 octubre, 2008. Categoría(s): Clásicos Astroseti ✎ 25

Existen ciertos paralelismo entre la vida de nuestro protagonista Issac Asimov y la de otro miembro de la «sagrada trinidad» del Sci-Fi, Carl Sagan, si bien no dejan de ser anecdóticas. (El tercer miembro es obviamente Arthur C. Clarke. Esta «trinidad» responde a mis gustos particulares y habrá quien prefiera sustituir a Sagan por Heinlein). Por ejemplo ambos eran hijos de emigrantes judíos Rusos y ambos se asentaron en el barrio de Brooklin Nueva York, si bien Asimov nació en Petrovichi, Rusia en 1920 y se trasladó a USA junto a su familia cuando tenía 3 años (obtuvo la nacionalidad americana en 1928) mientras que el profesor Sagan nació ya en Nueva York en 1934. Además, su muerte estuvo apenas separada por 4 años, ya que el autor de Yo Robot falleció en 1992 mientras que el celebérrimo coautor/presentador de la serie «Cosmos» nos abandonó en 1996.

Los dos sintieron pronto la llamada de la ciencia, pero como a todo estudiante les llegó el momento en que debían decantarse por la física o la química, y fue entonces cuando – al menos académicamente – los caminos de ambos personajes se separaron. Asimov se doctoró en Bioquímica mientras Sagan se dedicó en cuerpo y alma a la Astrofísica, a la que dedicó su intelecto desde su puesto de privilegio en la NASA. No obstante, su gran amor compartido, el espacio, les unió para siempre en el campo literario.

Teniendo en cuenta la progresiva tendencia a agrupar ambos campos científicos en esa nueva rama que hoy conocemos por Astrobiología, quién sabe qué hubiese pasado si a día hoy ambos personajes estuviesen vivos y pudiesen colaborar juntos en alguna obra divulgativa; desafortunadamente esa ilusión no será posible jamás. De todos modos, y a pesar de las citadas similitudes, conviene aclarar que para diferenciarlos de forma concisa, podríamos perfectamente decir que Carl Sagan era un científico que escribía novelas, mientras Isaac Asimov era un novelista que escribía sobre ciencia.

Asimov estuvo desde niño enamorado de la ciencia ficción; con un cociente intelectual muy alto, ingresó en la Universidad de Columbia cuando sólo tenía 15 años (si bien su madre modificó su fecha de nacimiento haciéndolo pasar por nacido en 1919 para adelantar su entrada a la facultad), y a los 18 vendió su primer relato a la revista Amazing Stories. Compaginó su labor docente en la Universidad de Boston con su faceta literaria y en 1950 publicó Piedra en el cielo, primera de su extensa obra compuesta de más de 200 novelas, ensayos, obras de divulgación, libros científicos e incluso históricos.

Entre sus obras de ciencia-ficción más conocidas se encuentran Yo, Robot (1950); La trilogía de la Fundación (1951-1953), de la cual escribió una continuación treinta años después, El límite de la Fundación (1982); El sol desnudo (1957) y Los propios dioses (1972). Entre sus obras científicas destacan Enciclopedia biográfica de la ciencia y la tecnología (1964; revisada en 1982) y Nueva guía a la ciencia (1984), una versión más reciente de su elogiada Guía científica del hombre (1960) pero también En torno al átomo (1956), El mundo del nitrógeno (1958), El universo (1967), e histórica, como Historia Universal (1965-1975). Obras posteriores son La Fundación y la Tierra (1986), Preludio a la Fundación (1988) y Más allá de la Fundación (1992). En 1979 se publicó su autobiografía en dos volúmenes, Recuerdos todavía verdes.

Nuestro buen doctor (así se le conocía) colaboró con la armada americana durante la 2ª guerra mundial, y debido a su origen ruso trató siempre durante la época de la guerra fría de dejar claro su patriotismo para con su nación adoptiva, luchando de la única manera en que sabía hacerlo, escribiendo, algo que no dejó de hacer jamás.

Hoy todo buen aficionado a la ciencia ficción ha leído alguna vez una obra suya, sobre todo de sus dos sagas más populares, Robots y Fundación. Por cierto, nuestro protagonista ha entrado casi sin querer en la historia de la ciencia debido a la primera de estas sagas. Cuando en 1950 escribe Yo Robot, no es consciente de que sus imaginarias leyes de la robótica serían asumidas por los actuales expertos en robótica como los tres mandamientos que todo ser artificial deberá cumplir en un futuro:

1. Un robot no puede lesionar a un ser humano, o, por medio de la inacción, permitir que un ser humano sea lesionado.
2. Un robot debe obedecer las órdenes dadas por los seres humanos, excepto si estas órdenes entrasen en conflicto con la Primera Ley.
3. Un robot debe proteger su propia existencia en la medida que esta protección no sea incompatible con la Primera o Segunda Ley

Para los amantes de la exactitud debo decir que las citadas tres leyes fueron formuladas por primera vez en el relato El círculo vicioso publicado en el número de marzo de 1942 del Astounding Science Fiction, revista sobre ciencia ficción sobradamente conocida durante la época en que las películas Serie B sobre alienígenas barrían en las carteleras.

Pero si Asimov ha cautivado a millones de lectores durante las últimas décadas es debido a la saga Fundación. Esta fue sin duda su gran obra; con implicaciones históricas evidentes (la Historia era una de sus grandes aficiones como ya hemos visto), Asimov recrea en un lejano futuro el declive del imperio romano, sustituyendo a este por un inmenso imperio galáctico, y a Roma por Trantor. Esta obra, que en un principio se tituló El plan de los 1000 años fue apareciendo en la prensa por fascículos, y ya desde el principio tuvo un magnifico éxito, atrapando a miles de lectores a lo largo y ancho del país. Fundación se empezó a gestar a partir de un encuentro entre Asimov y el magnate de la prensa Campbell, que le encomendó una serie de pequeñas historias, las cuales finalmente se unificaron formando la primera parte de la saga, que fue publicada en 1942. Corrían tiempos felices para Isaac, que ese mismo año se casó con Gertrudis Blugerman, con quien tuvo dos hijos: David (1951) y Robin Joan (1955). Fue un largo matrimonio, pero no el último ya que el Gran Maestro Nébula (reconocimiento que le fue otorgado en 1986) volvería a casarse en 1970 con Janet Opal Jeppson, con quien no tuvo más hijos.

Conocedor de todo cuanto sucedía a su alrededor en todas las ramas de la ciencia y los humanismos, Asimov sitúa a su personaje central Hari Sheldon (con quien por cierto siempre se sintió identificado) al margen de la ley por su capacidad casi mística, pero bien asentada en terreno científico, de preveer el futuro de la humanidad gracias a una ciencia de su invención llamada Psicohistoria. Gracias a ella y mediante ecuaciones que sólo él entiende, consigue intuir las grandes calamidades que esperan a la humanidad tras el desmoronamiento del enorme imperio galáctico, y prepara para ella un futuro mejor controlada desde la sombra por una misteriosa Fundación.

Esta obra, sobre la que Asimov vuelve una y otra vez escribiendo incluso presagas, sigue un curioso orden cronológico que a veces consigue perder a más de uno, y es por eso que nunca se puede estar seguro de haberlos leído todos. Para aquellos que quieran sumergirse en ella aquí va una pequeña ayuda:

1. Preludio a la Fundación (1988)
2. Hacia la Fundación (1993)
3. Fundación (1951)
4. Fundación e Imperio (1952)
5. Segunda Fundación (1953)
6. Los Límites de la Fundación (1982)
7. Fundación y Tierra (1986)

Isaac Asimov era un científico, y por ello totalmente escéptico sobre la veracidad de la temática Ovni. Total defensor de la ecuación de Drake no creía que fuese muy común la existencia de otras civilizaciones alienígenas cercanas, situando estas a los sumo en 2 o 3 en toda la galaxia. De hecho su obra se centra casi exclusivamente en seres terrestres de origen biológico o artificial, con una honrosa y excepcional nota discordante, la soberbia Los Propios Dioses publicada en 1977 y donde el autor relata magistralmente a una sociedad entera de alienígenas inteligentes que consiguen contactarnos. Lo más original de esta obra es a mi parecer, el logro que supone (dada su dificultad) huir del antropocentrismo a la hora de describir a estos seres y su entorno, desde el punto de vista físico y biológico (por poner un ejemplo forman tríos para reproducirse y habitan una dimensión paralela a la nuestra donde la fuerza nuclear fuerte es 100 veces superior a la terrestre). Las dos mayores distinciones literarias otorgadas a obras de ciencia ficción – los Premios Nébula y Hugo – fueron acaparados en 1972 por esta excepcional novela de Isaac Asimov; curiosamente él mismo consideró que la 2ª parte de esta obra (una de mis favoritas y que os recomiendo fervientemente) fue lo mejor que escribió.

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Publiqué esta biografía – que ahora he retocado – en un boletín de Astroseti del año 2003. Pero tras tanto tiempo y los varios cambios de diseño sucedidos en aquella web, ahora soy incapaz de encontrar el enlace. Afortunadamente guardaba el texto del artículo.



25 Comentarios

  1. Muy buena la biografía, Maikel. Como el Buen Doc es un de mis gurús, aportaré unas gotas más a tus datos.
    John W. Campbell, el editor que lanzó a la fama a Asimov y a otros autores de C.F., tenía entre otros defectos un acentuado chauvinismo. Asimov, según cuenta en sus memorias, tenía problemas para colocar en sus revistas aquellos relatos en los que los humanos no resultaban más listos que los alienígenas; y no digamos nada si el protagonista no era rubio y de ojos azules. Por eso finalmente optó por no incluir extraterrestres en sus relatos, y así surgió su galaxia poblada sólo por seres humanos. Tanto los relatos de robots (que por cierto apenas has mencionado, Maikel) como los de Fundación corresponden a ese esquema. Más tarde se llegó a decir que él era incapaz de describir a un ET, pero Los propios dioses desmiente esa idea: nunca he visto unos ET más extraños y a la vez mejor retratados.
    Respecto a los libros de robots, aparte de Yo robot y otras colecciones de relatos, destacan los novelas policíacas de ciencia ficción (géneros que alguien pensó que resultaban incompatibles) Bóvedas de acero y El sol desnudo. En ambas aparecen otros dos personajes destacados del Buen Doc: Elijah Bailey (agente de policía de Nueva York) y R. Daneel Olivaw, un robot humanoide. Ambos conseguirán resolver dos difíciles casos. Más tarde escribió Los robots de Aurora y Robots e imperio, con lo que enlazó su serie de robots (ambientada en un futuro cercano) con la de Fundación, mucho más lejana en el tiempo, y en la que extrañamente, no aparecen los robots. Combinando ambas series, Asimov logró una historia del futuro realmente epopéyica, describiendo nuestros próximos 25.000 años de historia futura

  2. Me compré La Fundación hace unos meses, casi sin querer, y antes de acabar de leerla ya me había decidido a comprar los otros 6 libros.

    Ciértamente es una gran obra, y se verá reforzada en su popularidad con las tres películas que harán en unos años de la trilogía principal.

    Por cierto, las pelis van a ser de New Line Cinema, los mismos que ESDLA, así que imagino que podríamos esperar calidad, y no como en la chunga Yo, Robot.

  3. ¿Pelis sobre la fundación? ¡No, por Seldon!
    Con la experiencia sobre adaptaciones cinematográficas, lo ma´s probable es que salgan el típico bodrio de Hollywood. Aunque nuca se sabe…

  4. Hace ya mucho que leí a Asimov (buena Bio). En algunos sentidos es más dificil de leer que Clarke. Más denso, diria. Más que a Fundación, le pille más el gusto a Yo, Robot y relatos similares plagados de cerebros positrónicos 🙂

    Ahora que mencionas la Ley Cero (un tanto polémica en su aplicación), ley hace poco que había algunos científicos intentando aplicar las 3 leyes famosas en sus diseños de robots. No era esta: http://www.neoteo.com/phriends-el-algoritmo-de-las-leyes-de-la-5648.neo pero por ahí le andaba.

  5. Asimov, el divulgador total. Yo me enganché a su obra con «La tragedia de la luna», donde descubrí que escribía sci-fi, y ya me empecé a meter la Fundación en vena. Con los robots ya era directamente un yonqui.

    Lo que no te perdono es lo de Clarke, sólo por haber perpetrado las Odiseas merece toda la vergüenza del mundo: 2001 es la película escrita (pero la obra maestra es la película, y El Centinela como mucho cuenta como idea), 2010 es un intento de explicación innecesaria de 2001, 2061 me produjo una úlcera y horribles pesadillas, y reconozco que no he tenido el valor de abrir siquiera 3001 por temor a una muerte neuronal lenta, agónica. Sí, sé que no es toda su obra, y los libros de Rama me gustaron algo más, pero en general me parece uno de los autores más sobrevalorados. Eso sí, piensa que esta crítica proviene de un enajenado que se relee Ubik todos los años, así que su validez es más que discutible XD

  6. Juas juas, bueno…. ya sabía yo que no podía contentar a todo el mundo. El cuarto autor favorito del menda lerenda es Orson Scott Card. Creo que «El Juego de Ender» es una maravilla. Si no te gusta Clark, cámbialo por Scott Card 😉

  7. Yo tuve el gran honor de conocer personalmente a Isaac Asimov en NY en enero de 1992.
    En la biografía se hace se da mucha relevancia a su faceta de escritor de novelas de Ciencia-Ficción, sin embargo, para mi y muchas otras personas, Asimov era, por encima de todo, el más grande divulgador científico de todos los tiempos. A esta labor dedicó muchísimos más esfuerzos que a las novelas.
    Escribió unos 470 obras.
    Carl Sagan era también un magnífico divulgador científico pero, aparte de Contact, no escribió apenas novelas, sino obras de divulgación.

  8. Por ser tan prolífico, hay quien ha llegado a decir que el nombre de Asimov realmente se aplicaba a obras que no eran suyas. en mi opinión, ese bulo es falso. Recomiendo a cualquiera leer sus memorias, donde se vuelca toda la faceta personal de tan curioso personaje. De hecho, él ni siquiera colaboró con otros autores, salvo unos casos muy contados. Ni usó seudónimos, con una sola excepción conocida.
    Sus colaboraciones en ciencia ficción se reducen a tres libros basados en tres de sus mejores relatos, que amplió Robert Silverberg, y tal vez incluso los mejoró (aunque eso es discutible, por supuesto). Los libros son Anochecer (basado en el relato del mismo título, que en su momento se consideró el mejor relatos de ciencia ficción jamás escrito), El niño feo (también basado en el relato homónimo), y El robot humano (basado en El hombre bicentenario). Esos tres relatos son de lo mejorcito del Buen Doc; tal vez habría que añadir La última pregunta para tener el grupo de relatos mejores completo.
    Recomiendo a cualquiera que lea los relatos (están por ahí dispersos en diversas colecciones y antologías), y los compare con los libros ampliados por Silverberg (creo que era él el colaborador)

  9. Sois unos $%#»@s!! Con el poquito tiempo que tengo ahora que estoy de oposiciones y me picais el gusanillo con el tema. Supongo que al menos me tendré que leer los de la Fundación.
    Por cierto, es de las pocas webs en la que me fascinan casi todos los artículos. Para mí, una imprescindible, gracias y un saludo.

  10. Excelente blog (que sigo desde hace tiempo) y excelente Asimov. Por decir algo (no como pega, sino como acicate para que lo lean) deciros que todos los libros de sci-fi de Asimov excepto Némesis, están relacionados y forman parte de la saga Fundación. Desde «Bovedas de Acero» hasta Fundación y Tierra. Por cierto, me encantaron sus colecciones de relatos cortos y su historia universal.

  11. A Jose Cuesta le diría que el punto fuerte de Arthur C. Clarke son los relatos cortos, en estos era un maestro casi insuperable y algunos son obras maestras. Por cierto, a mi Ubik sí que me parece sobrevalorada 😛

  12. Excelente y bien estrecturada información sobre uno de mis favoritos en la Ciencia Ficción!!!

    ¿Sería posible te extiendas ahora sobre el tema de Carl Sagan…?

    Pimera vez en tu blog y me voy sumamente complacida.

    Saludos»»

  13. Lo que es una pena es la forma en que murió. Le contagiaron de SIDA en una intervención médica, y su familia no quiso hacerlo público porque en aquel entonces, tener sida era ganarse reputación de gay promiscuo o drogadicto. 🙁

  14. Como te digo su mujer trató de «evitar las sospechas» cuando Asimov murió. Pero tiempo más tarde confesó la realidad, hay miles de fuentes que lo atestiguan, y así aparece (por ejemplo) en su biografía de la Wikipedia. Pero vamos, busca «Asimov AIDS» en Google y lee 😉

  15. Hombre Maikel, ya que has abierto la caja de Pandora, podrías hacer algo por mejorar la salud de la maltrecha sci-fi…
    De momento se me ocurre comentar lo mejor que he leido últimamente; por ejemplo, «La historia de tu vida», de Ted Chiang. Y me está gustando bastante «Espacio Revelación», de Alastair Reynolds.
    Llevo leyendo 2 novelas mensuales desde que hace 3 o 4 años me di cuenta de que la biblioteca de mi pueblo está repleta (ha sido mejor que encontrar la cueva de Montecristo, ¡gracias, anónimo bibliotecario!), así que creo que podeis fiaros de mi… si es que no estoy demasiado desquiciado para los parámetros de hoy dia…
    Por cierto, estoy de acuerdo en que C. Clarke es un petardo… no he podido coger ningún libro suyo desde que cayeron en mis manos un par de los de Rama.
    Y me entristece que, siendo para mí Asimov el mejor (no habeis mencionado «El fin de la eternidad»), nadie me dé nunca la razón en que la mejor novela de todos los tiempos (al menos del género, jeje), es Contact, de Carl Sagan… algún dia encontrare a mi alma gemela…

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