Bajas dosis del gas tóxico responsable del desagradable olor a huevos podridos que emana de las alcantarillas, pueden revertir de forma segura y reversible en ratones, tanto el metabolismo como ciertos aspectos de la función cardiovascular, produciendo un estado similar al de la animación suspendida.
En la edición de abril 2008 de la revista Anesthesiology, investigadores del Hospital General de Massachusetts (MGH) informan que los efectos del sulfuro de hidrógeno, ya apreciados en estudios anteriores, no dependen de una reducción en la temperatura corporal e incluyen un descenso substancial en el ritmo cardíaco sin que ello provoque una caída en la presión arterial.
Visto en Science Daily