Cómo hacer un dodo

Por , el 26 enero, 2008. Categoría(s): Ciencia ✎ 20

La bióloga Beth Shapiro ha ideado una receta para el éxito en el campo de la investigación de ADN antiguo.

Si estás intentando aislar el ADN de un dodo, sigue estos pasos: primero, encontrar un hueso de dodo que no se haya fosilizado. Esto debería ser fácil. Entre los pocos conocidos en el mundo hay una calavera y una pata izquierda que están guardadas en cajas en la segunda planta del Museo de Historia Natural de la Universidad de Oxford. Han estado en posesión de la universidad desde 1683, más o menos el momento en la historia en que el último dodo murió. No es un museo muy grande, pero si te pierdes busca una placa pequeña junto a la entrada al almacén, donde tuvo lugar un debate legendario sobre la teoría de la evolución de Darwin en 1860.

La parte difícil, tal y como descubrió la bióloga Beth Shapiro en el año 2000, es convencer al gestor de la colección, Malgosia Nowak-Kemp, para que te permita usar un taladro en el más valioso recurso de la historia del dodo. Cierto, no habría necesidad de destruir demasiado – un fragmento del tamaño de una uña de meñique bastaría – pero está bastante claro que no tendrás una segunda oportunidad. No intentes que la presión te alcance. «Aquí tenemos este famoso espécimen, un recurso realmente limitado, y llega una americana bajita y quiere romperle un trozo», comenta Shapiro. [Nowak-Kemp] no estaba ni de lejos tan asustado como yo».

El siguiente paso es una reacción en cadena de la polimerasa (RCP). Empleada en toda clase de asuntos, desde pruebas de paternidad hasta clonación, para hacer una RCP hace falta un laboratorio bien equipado. Antes de poner un pie dentro, ponte un traje de laboratorio, como los que usan los trabajadores en las fábricas de circuitos integrados para computadora, para evitar la contaminación de la muestra con ADN moderno.

¿Listo? Vale, muele el hueso de dodo hasta conseguir un polvo fino. Disuélvelo en una solución con base de agua. Mézclalo en magnesio y polimerasas del ADN – enzimas que ayudan a que los genes hagan copias de si mismos. Calienta la mezcla a unos 65,5ºC para dividir las cadenas de ADN en dos hebras. Enfríalo, permitiendo que las enzimas polimerasas se adhieran al ADN del dodo y construyan copias de él. Repítelo al menos 30 veces. Por la mañana, deberías tener una probeta que contuviese aproximadamente un millón de copias de un gen (o fragmento de gen) de dodo.

Para Shapiro, de 31 años, este procedimiento aparentemente sencillo ha demostrado ser una receta para el éxito. Cuando en 1999 llegó a Oxford como estudiante del programa Rhodes, se presentó como aprendiz de Alan Cooper, un pionero del campo recién nacido del estudio del ADN antiguo. En los seis años posteriores, Shapiro se ha elevado a lo más alto de la diminuta, áltamente especializada, y abrumadoramente joven comunidad de investigadores del ADN antiguo. Recientemente aceptó un trabajo en la Universidad Pen State, donde comenzó a dar clases este otoño.

La investigación de ADN antiguo analiza los genes de plantas y animales desaparecidos hace largo tiempo – lo cual permite a los científicos trazar la evolución y extinción de especies, con una precisión inimaginable hace tan solo cinco años. Comparando el ADN del dodo con los genes de otras cinco especies, por ejemplo, la investigación de Shapiro estableció que estas aves incapaces de volar eran parientes distantes de la paloma. Otro de sus trabajos, publicado en la revista Science en el año 2004, discutía que el decline del bisonte comenzó mucho antes de lo esperado – hace unos 37.000 años – y que por lo tanto, la principal causa en Norte América no fue la caza por parte de los humanos. En 2006 un estudio sobre el genoma del mamut en el que colaboró, arrojó pistas sobre su pariente vivo más cercano (que de forma poco sorprendente, resultó ser el elefante).

Hace poco más de dos años, tras sustituir a Cooper a la cabeza del Centro de Biomoléculas Antiguas Henry Wellcome de la Universidad de Oxford, Shapiro comenzó a dejar su propia huella en el laboratorio. Más recientemente, comenzó a rastrear mutaciones en el virus del SIDA – una especie de estudio evolutivo rebobinando en cámara rápida. «Ha cruzado un montón de límites», dice de ella Ian Barnes, investigador en ADN antiguo de la institución Royal Holloway, de la Universidad de Londres. «Se la considera una de las mejores expertas en el campo, a causa de su habilidad para gestionar varias investigaciones diferentes».

Cruzar los límites es su estilo favorito. Cuando aún estaba en el instituto, Shapiro trabajó como ambiciosa periodista televisiva para una cadena local en Roma, Georgia. En la universidad, se apuntó a Chino Mandarín, geología, y literatura española e inglesa, luego se centró en una licenciatura en ecología. Recibió su doctorado en biología evolutiva por Oxford en tan solo tres años – y todavía encontró tiempo para liderar el club de vino de la universidad y para realizar un programa de ciencia en una emisora de radio local.

Shapiro ha viajado alrededor del mundo en busca de muestras de ADN, antiguo y moderno. La mayor parte de esas muestras resultaron más difíciles de encontrar que el hueso de dodo. En las tierras del Yukon, en Canadá, se encontró con estiercol de caribú de 800 años de antiguedad mientras recogía muestras para hacer pruebas; en Kenia tuvo que esquivar leones para recolectar restos de cebra. En Siberia recolectó huesos de mamut y en Alaska restos de bisonte. El pasado verano voló hasta las Islas Mauricio, en el Océano Índico, para buscar restos de huesos de dodo no fosilizados y poder compararlos con el especimen de Oxford, pero fue en vano.

Como muchos de sus colegas, Shapiro evita un montón de preguntas sobre clonación; la idea de recrear una especie extinta es simplemente demasiado tentadora. Pero existen enormes impedimentos técnicos que los científicos han aún de superar; el ADN antiguo tiende a aparecer en montones de fragmentos diminutos, y sin el animal vivo, no hay forma de reconstruir qué genes entran en juego y en qué etapas del desarrollo del dodo. Abreviando: si no hay dodo mamá, no hay dodo bebé.

Pero lo más importante, Shapiro se cuestiona si tendría sentido traer de vuelta a especies desaparecidas, a un mundo donde carecen de habitat. «Lo se, es muy atrayente y tecnológicamente todo un reto, hablar de clonar especies extintas», comenta, «pero hay muchas más contribuciones importantes que podemos hacer. El peligro es que la gente podría hacerse cómoda y pensar que la clonación es la forma de solucionar el problema de la extinción». En lugar de eso, Shapiro intentará descubrir en primer lugar por qué se extinguieron algunas especies. De este modo espera que su trabajo científico ayude a evitar que algunas especies modernas se vayan siguiendo el camino del dodo.

Traducido de How to Make a Dodo (autor: Andrew Curry, octubre 2007)



20 Comentarios

  1. Realmente un artículo muy interesante a la vez que sencillo de leer. Felicidades al autor y al traductor.

    A saber hasta que punto se puede llegar cuando se maneja el ADN. El tiempo dira…

  2. el final, bien explica lo que hace (entre varias cosas mas) imposible a jurassic park: sin mama no hay bebe.
    el final me gusto mucho, eso de que la clonacion no debe ser vista como el metodo para solucionar las extinciones.
    saludos, interesantisimo.

  3. otro desagradeble ejemplo de encabezados engañosos. «La bióloga Beth Shapiro ha ideado una receta para el éxito en el campo de la investigación de ADN antiguo» BLAH BLAH BLAH, para concluir que todavia estamos muy lejos de hacerlo, lo cual ya lo sabiamos, y Beth Shapiro no descubrio el hilo negro y el agua tibia…

  4. Respecto de la clonación de animales extintos, si no recuerdo mal, la del bucardo (Capra pyrenaica pyrenaica) iba bastante adelantada.

    Respecto del dodo, mis recuerdos del museo de ciencias naturales de Madrid (cuando aun era deliciosamente decimononico) incluyen un dodo disecado completo, desconozco que pasó de él, si era realmente un dodo disecado o una reconstrucción y si realmente lo vi o es un recuerdo falso.

  5. Pues más vale que se de prisa porque los árboles que servian de alimento al dodo se estan extinguiendo por falta de dodos. Solo el duro pico del dodo podia partir la cáscara de la semilla de ese árbol, permitiendole germianar.

    Lo que dice de que no hay habitat no se aplica al dodo porque en Mauricio es una especie de símbolo nacional y le crearian un parque nacional y lo que necesitara.

    De todas formas, yo prefiero que resuciten al moa, un págaro gigante de 3 m de alto extito en el siglo XVI
    http://es.wikipedia.org/wiki/Moa

  6. Hola, buenas tardes!. Me encanto esta nota y me da cierta nostalgia ya que a mi me interesa este tema y quiero comentarles que yo me hice un estudio de adn y asi pude reconocer a mi padre.Gracias realmente!!

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Por maikelnai, publicado el 26 enero, 2008
Categoría(s): Ciencia