Volando a 5.000 pies, la maravilla alada

Por , el 30 diciembre, 2006. Categoría(s): Tecnología ✎ 14


Por MICHAEL HANLON, actualizado a las 11:29am del 30 diciembre 2006

El hombre ha soñado con volar desde que nuestros ancestros contemplaron por primera vez a las aves planeando en el cielo.

E incluso el día en que el sueño se realizó, primero gracias a los globos aerostáticos y más tarde en aviones más pesados que el aire, el sueño permaneció incumplido.

Porque ser verdaderamente uno con el cielo, ser capaz de descender en picado y planear como un halcón o un albatros, siguió siendo algo imposible. Y en las leyendas donde el sueño se hizo real, tal y como relató el mito de Ícaro, el hombre-pájaro de la Grecia clásica, el precio fue muy alto: un ignominioso impacto contra el suelo.

Pero para un valiente pionero suizo, un expiloto militar, llamado Yves Rossy, el sueño ha terminado por hacerse realidad.

Tal y como mostramos en estas asombrosas fotografías, Rossy de 45 años, ha logrado obtener de la manera más real posible, la sensación de ser como un ave verdadera.

Allá en el año 2003, Rossy (ahora capitán de líneas aéreas comerciales) comenzó su proyecto Flying Man (Hombre Volador) atando un par de alas cortas a su espalda y saltando desde un avión, planeando casi 12 kilómetros mientras descendía en caída libre desde apenas 1.000 pies de altitud.

Atado al artilugio, fabricado con varios metales, fibra de vídrio, Kevlar y fibra de carbono, Rossy se sube a la pequeña aeronave que le eleva hasta su punto de lanzamiento.

A una altitud en torno a los 7.750 pies, Rossy salta como cualquier paracaidista. Pero al contrario que estos, no cae en picado sobre los Alpes, allá abajo.

Simplemente, el perfil alar de 3 metros atado a su espalda, genera la elevación necesaria como para negar los efectos de la gravedad. Al principio, una vez que las alas se despliegan electrónicamente, Rossy se convierte en un planeador, después cuando se activan los cuatro motores de keroseno, se convierte en un avión a reacción.

Gracias a los motores, cada uno de los cuales desarrolla un empuje de 22 kilos, Rossy no solo puede mantener la altitud, sino que de hecho puede ganarla a un ritmo de varios cientos de pies por minuto; hasta que se agota el combustible seis minutos más tarde. Luego aterriza gracias a un paracaídas convencional.

“No ha habido estudios aerodinámicos apropiados sobre el modo de simular esta clase de vuelo”, comenta Rossy. “Todas las simulaciones incorporan una nave voladora rígida. Mis alas son rígidas, pero por supuesto yo no lo soy. “Fabriqué el artilugio puramente por intuición”, añadió.

Tal y como hacen los pájaros, Rossy puede ajustar su “compensación” con una precisión increíble con un movimiento rápido del pie, o simplemente inclinando su cuerpo en un sentido u otro.

“Así es como los niños querrían volar”, comenta. Su objetivo final es despegar desde el suelo empleando la propulsión de sus alas, sin necesidad de que un avión lo eleve previamente por los aires.

Los cuatro motores a turboreacción de keroseno son miniversiones de los empleados en aviones regulares y parecidos a los usados en aeromodelismo. De este modo Rossy ha creado lo que en realidad es el primer ala-delta propulsado por cohetes: lo último en ultraligeros; el minimalismo ha llegado a los vuelos a reacción.

Su pasión por volar como un pájaro le llegó a la edad de 30 años, cuendo empezó a practicar caída libre y paracaidismo. Rossy ha saltado ya 1.200 veces.

Según sus propias palabras: “He probado a bajar haciendo surf, pero no dura lo suficiente, de modo que decidí crear mis propias alas para poder volar más tiempo”.

Rossy ha realizado sus vuelos desde el aeródromo de Yverdon, en el oeste de Suiza. La semana pasada, tras abrir sus alas, planeó durante 2.360 metros, encendió los motores y esperó 30 segundos para estabilizarse, tras lo cual comenzó a acelerar.

A 5.000 pies, logró el vuelo horizontal durante más de 4 minutos a una velocidad de 185 kilómetros por hora, más rápido que la pequeña avioneta que lo lanzó al aire.

Rossy se gobernó simplemente controlando el peso de su cuerpo, y aterrizó con la ayuda de un paracaídas, una vez agotado el combustible.

“Me sentí increiblemente bien, como en un sueño. Cuando estás en un avión tienes que maniobrar empleando los mandos. No tienes contacto con los elementos”, comentó Rossy al Daily Mail.

Su extraordinario vuelo puede observarse en la página web de Rossy: www.jet-man.com.

Como la casi mítica mochila voladora (que fue probada por los militares estadounidenses en la década de 1960), la máquina voladora de Rossy, valorada en unos 222.500 Euros y cuyo peso con motores, alas y combustible es de solo 50 kilos, suena un poco a ciencia ficción.

“Sería un dispositivo genial para James Bond, de este modo podría traspasar las líneas enemigas”, comenta Rossy. “Quiero volar, no conducir”.

“Allá arriba con mi invento, soy tan libre como un pájaro”.

Es mejor que los inspectores de seguridad laboral no escuchen hablar de esto.

Traducido de Flying like a bird at 5,000ft, the winged wonder



14 Comentarios

  1. Entre lo impresionante de las imágenes y la música, me he emocionado y todo.

    Yo quiero uno de esos, pero del siguiente prototipo, del que dice que podrá despegar y todo, con ascensión vertical.

    Esto abre una nueva vía de investigación increíble.

  2. Felicitaciones dobles para Rossy. Por un lado ha conseguido realizar el sueño de su vida y por el otro ser el primero de ensayar este novedoso, (aunque no exento de mucho riesgo), sistema de volar.

  3. oa, lo encontré fabuloso, pensar que algún día el hombre pueda llegar a volar y manejar tan libre los cielos…

    Estudio diseño, y en una clase me pidieron dibujar un hombre-pájaro…pero un hombre que tenga las partes escenciales del ave, las cuales le permiten volar, pero sin que el hombre deje de ser hombre…

    Espero poder inspirarme en usted, y ojalá funcione…

    !!!!!!!!Muchas Felicidades por su logro¡¡¡¡¡¡¡¡

  4. Pues la verdad, es que tengo hasta envidia de ese señor.

    Pero lo que tiene ser genial-genial es despegar y aterriazar desde cualquier lugar a tu capricho y volumtad.
    Como los pájaros que ahora mismo están haciendo filigranas, tras la ventana de la habitación donde estoy escribiendo esto.

    Ojalá que no tenga nunca ningún percance, este Otto Lilienthal del siglo 21 y nos siga maravillando con sus vuelos.

  5. Maravilloso el aparato que inventó este hombre. En poco tiempo vamos a ver versiones con alas de geometría variable, capacidad de despegue y mayor autonomía de vuelo.
    Mucho me temo, que algún tragasables o como se les diga por ahí, ya esté pensando en usarlo para hacer la guerra.
    Espero vivir mucho, para verlo volar …..en paz.
    Un abrazo a todos.
    Edgardo Maffía
    Buenos Aires – Argentina

  6. hola me llamo juan david soy un joven de 17 años y me fasinan las cosas que son tecnologicas y principalmente cuando se trata de algo hasi como lo que has creado pues en primer lugar te doy una felicitacion por haver creado algo hasi tan increible para volar eso es algo que hace que las personas admiren mucho pues yo diria que gracias a ese invento que isite realidad has echo que personas tengan esperensas en crear cosas inovadoras como la tuya yo digo que tu invento es algo fasinante , me gustaria hablar contigo o que me mandaras un mensaje de como te inspiraste para crear algo hasi como lo que isiste pues la verdad me gustuaria hacer uno como el tuyo y aprender como fue que lo isiste con que piesas y cuanto fue el presupuesto , mira te comento algo yo enla poca vida que tengo o que e recorido e aprendido cosas y m muevo mucho por las cosas tecnologicas e echo robot de tres formas el primero de escabacion , el segundo de guerra y el tercero de vuelvo si como lo vez ise un helicoptero me dure haciendo un mes como sabes todo hay que hacer con pasiencia y hay que estar probando las cosas para que salgan bien como dice un refran por hay el que persebera alcansa bueno espero un mensaje tuyo o si es posible una charla contigo gracias por haver leido mi mensaje fue un placer haver visto algo tan inovador como ese invento tuyo

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